Al conmemorar este ocho de septiembre el natalicio de la Virgen María, la juventud está llamada a descubrir en la Madre de Jesús un camino de santidad. Quien día a día ve el desarrollo y cómo los jóvenes adoptan actitudes de quienes admiran es Julio Casulá, coordinador arquidiócesano de la Pastoral Juvenil, quien ratifica que “María es el reflejo más grande de amor, humildad y obediencia’’.
Estas tres virtudes que Casulá destaca, las refuerza al mencionar que “ella fue y siempre será la mujer que no tuvo miedo a los preceptos de Dios, nos enseñó a ser obedientes y esperar en Él”. El papel y las virtudes de María, contrastan con lo que algún porcentaje de la juventud quiere seguir.
Destacable
El Padre Alberto Enamorado, asesor de la Pastoral Juvenil en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, afirma que “Si María no hubiese sido humilde y sencilla, no se reconocería como la sierva del Señor. Ella se hace esclava y, a través de su humillación, Dios la engrandece”. De la Virgen, se puede destacar la prudencia, afirma el Padre Enamorado, al mencionar que “es algo que se está perdiendo y ante ello la Madre de Dios nos enseña a meditar y guardar las cosas en el corazón”.
1 Obediencia
La juventud actual debe encontrar en María Santísima un modelo grande y palpable para acoger la voluntad de Dios y, como ella, ser sumisos a lo que el Señor designe como misión para cada uno.
2 Valentía
A pesar de las circunstancias y dificultades que traería el concebir a Jesús, la Virgen María nunca se acobardó y muestra a los jóvenes cómo se debe manifestar la fe en las diferentes realidades.
3 Entrega
Darse por completo hace justicia a lo que la Virgen María enseñó y sigue mostrando, es un espejo que los jóvenes deben ver al momento de enfrentarse al mundo, sin medias tintas y con convicción.
4 Sencillez
Siendo la Madre de Dios, la Virgen María no se jactó ni utilizó su posición para obtener beneficios, al contrario, su papel en la misión redentora de Jesús es silencioso y prudente, pero vital.
5 Servicio
En María Santísima está el más claro ejemplo para los jóvenes: servir en todo momento. La Virgen buscó la forma de cómo ayudar al prójimo y lo sigue haciendo al ser intercesora ante su hijo Jesús.