Uno de los días más especiales en la iglesia, es la celebración de la fiesta del Inmaculado Corazón de María, una devoción para conmemorar la vida de la Virgen María y su amor maternal por Jesús y todos los hombres.
Justamente hoy se da inicio a la novena del Inmaculado Corazón de María, que se celebra un día después de la festividad del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia decidió hacer ambas celebraciones en días consecutivos para señalar que los corazones de madre e hijo son inseparables.
Historia
En el Siglo XVII San Juan Eudes difundió la devoción por el Inmaculado Corazón de María, escribiendo las primeras obras sobre él y a mediados de este mismo siglo fundó la Congregación de Jesús y María.
Esta celebración fue establecida por el Papa Pío XII en 1944 para que por medio de la intercesión de María se obtenga “la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes”.
San Juan Pablo II declaró que esta festividad en honor a la Madre de Dios es obligatoria y no opcional. Es decir, que debe realizarse en todo el mundo católico.
Práctica
María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.
En este tiempo tan difícil que la humanidad enfrenta, es propicio abandonarse al Corazón Inmaculado de María y pedir por todas las necesidades que nos agobian. Destine un espacio en su hogar para hacer un altar y durante la novena únase a la Iglesia entera en profunda oración, sin olvidar el rezo del Santo Rosario
