Honduras se ha convertido en el país más violento de la región centroamericana, ocupando sus principales ciudades dentro de los cincuenta destinos más peligrosos del mundo, escenarios que convierten en vulnerables para el ejercicio de profesiones como el periodismo, por lo que la Organización de las Naciones Unidas, han solicitado un mayor esfuerzos para proteger a los profesionales del micrófono y las cámaras.
Los comunicadores sociales también deberán ser considerados como personal prioritario ante la cobertura en escenarios de primera línea a raíz de la emergencia por el Coronavirus, relató el expresidente del gremio Dagoberto Rodríguez. Por su parte el ahora titular del Colegio de Periodistas en el país, Osman Reyes, arguye que es necesario respetar la garantía y el derecho a la información.
El Estado de Honduras también tiene “la obligación de garantizar que las leyes vigentes no se utilizan indebidamente para acallar voces críticas a través del uso indebido del derecho penal para criminalizar el ejercicio de la libertad de expresión”, puntualizó la representante de las Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, lo que ha tenido eco en defensores de los profesionales de los medios de comunicación.
En el contexto adverso de la pandemia de COVID-19, incluidas las limitaciones para acceder a información pública, los periodistas en Honduras “nos permiten conocer de graves violaciones de derechos humanos y de esquemas de corrupción”, señaló la ONU en un comunicado.