Cada 3 de mayo, en muchos países de Latinoamérica y España específicamente en Granada, se realiza esta celebración. Los orígenes datan al menos del siglo XVII. En Centroamérica este día, por ejemplo en El Salvador, se realiza con varios grupos indígenas y por lo general ellos consideran, así como en otros países de la región, como el día que se marca el inicio del invierno.
Lo que en muchas comunidades se hace, es que se adorna una cruz con papel de colores y en algunos sitios se hace un breve ritual, arrodillándose y haciendo una breve oración. En otro países se colocan frutos que al final son consumidos por las personas que vivan en el hogar donde se coloca.
Esta tradición que también se realiza en lugares como: Ecuador, Chile, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia y Venezuela. En México también se colocan cruces en los lugares de construcción porque también se conmemora el día del albañil, porque ellos piden no sufrir accidentes o caídas en el trabajo.
Exaltación
La celebración se cambió al 14 de septiembre después del Concilio Vaticano II, pero como estaba muy arraigada el 3 de mayo se hizo una petición especial. “Estos países pidieron un permiso especial para continuar con la tradición y se les concedió” nos explica el Padre Rodolfo Varela, Párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Visitación.
