La Iglesia, a través de la Campaña de Evangelización para este año, pide “Pasar de una conciencia adormecida a una despierta”. Según esta iniciativa “corremos el riesgo de adormecernos frente al mal y solo responder a las cosas del instante. Ciegos, sordos y mudos”.
Realidad Adalid Chávez, laico comprometido, considera que día a día nos encontramos con actos de inequidad, desigualdad social y ausencia de Dios. “Todos estos problemas adquieren poder sobre otros espacios donde se deshumaniza y se pierde la dignidad de la persona en aspectos como la educación, salud y acceso a servicios que mejorarán la calidad de vida” resaltó Chávez.
Sor Dominga Urquía, advierte que “Las conciencias dormidas son un peligro potencial para los cristianos en el sentido de que, metafóricamente hablando, mientras dormimos no somos dueños de nosotros mismos, estamos como abandonados a la intemperie”. La Hermana Dominga también resalta que “de la misma manera, cuando tenemos las conciencias adormecidas, nos volvemos incapaces de reaccionar frente a las injusticias, somos testigos del pecado social, de las condiciones de miseria y todas las formas de muerte de nuestros hermanos, pero nos mantenemos como un cuerpo inerte”.
Marvin Villanueva, feligrés de la Parroquia Los Dolores, añade que “Quien quiera despertar la conciencia aquí y ahora, debe de empezar por comprender los tres factores subconscientes llamados: identificación, fascinación y sueño”. La campaña de evangelización nos dice que “Cristo quiere que miremos el mal, no para desilusionarnos ni para que nos volvamos personas frustradas, sino para darnos cuenta de la necesidad de volver el corazón al Dios de la justicia”.