La Misa de este 18 de diciembre en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa fue celebrada por el padre Rodolfo Varela en su homilía dijo que en la vida hay dos tipos de sueños.
El padre dijo que aquellos sueños que nosotros tenemos, que nos emocionan pero que en realidad no nos impulsan a nada, solo fue un sueño bonito y ya algo que no trabajamos porque se haga realidad y están aquellos sueños que nos impulsan, que nos motivan nos hacen trabajar en la vida, para obtener ese sueño como en la realidad ya no solo como una imagen de un recuerdo bonito.
Eso depende mucho de nuestra actitud, sostuvo, ¿Qué clase de soñadores somos? todos soñamos, somos de esos soñadores que imaginamos cosas bonitas pero no trabajamos por ellas, ¿O somos de los soñadores que sudan por esos sueños, que trabajan por esos sueños, que sudan la camiseta por hacer realidad esos sueños?
Además manifestó, que José no es el de que se queda con los brazos cruzados al recibir el llamado del Señor en sueños, el escucha la voluntad de Dios en sueños y va y la pone en práctica, la escucha tres veces, tres veces hace caso a la voz de Dios al ángel oye la primera la segunda cuando le toca huir a Egipto y la tercera cuando le toca regresar de Egipto.
“José trabaja, nosotros no encontramos ni una palabra que haya dicho José en la Biblia, porque José es un hombre de hechos no de palabra, con sus hechos dijo mucho más que cualquier otro que hizo la voluntad de Dios sin decir una palabra, sus hechos hablan por sí mismos, sus hechos son su carta de presentación”.
El sacerdote señaló, “por eso el Papa Francisco este año nos invita a vivir el año Josefino, a fijarnos en la figura de José, un hombre que no habla pero si hace, hace mucho que muchas veces mejor, hacer sin decir nada, y una de las tareas que se le da a José es ponerle el nombre de Jesús, el papel de María era dar a luz al Hijo de Dios, el papel de José es nombrar al Hijo de Dios y al nombrarlo se convierte en su hijo también”.
“Que nombre le pone, Jesús, que es la misma raíz de Josué, Josué y Jesús son la misma raíz en el nombre y significan lo mismo, el nombre que salva el salvador, Josué en el Antiguo Testamento salvó al pueblo de sus enemigos, Jesús en el Nuevo Testamento salva al hombre de sus pecados”.
A eso viene el Señor indicó a salvarnos de nuestros pecados, ya no de poderes políticos, ya no de personas de carne y hueso, la lucha es con nosotros mismos con nuestros pecados y con el Señor nosotros vamos a salir victoriosos en esta lucha ¿Por qué? Porque él también será llamado el Enmanuel “El Dios con Nosotros”.
¿Queremos que Jesús nos salve de nuestros pecados? Dejemos que su presencia nos rodee, dejemos que sea el Dios con nosotros que se queda, para ayudarnos para salvarnos de nuestros pecados.
Seamos como José, que cumplen con la voluntad de Dios que lucha por sus sueños dejémonos acompañar por el Dios con nosotros para que nos salve de nuestros pecados.