La dignidad humana y la solidaridad deben prevalecer en cualquier emergencia humanitaria: conforme a ello, Catholic Relief Services (CRS) ha realizado múltiples actividades de ayuda para miles de personas vulnerables ante la crisis por la COVID-19, con el concurso de sus socios locales en Honduras.
Durante la actual emergencia por el coronavirus, cerca de 51,000 escolares de centros educativos públicos en Intibucá y sus familias tienen comida para unos 90 días gracias a la distribución de más de 1,000 toneladas de frijoles, arroz, maíz, aceite vegetal y cereal reforzado CSB plus, donadas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos a través del proyecto McGovern-Dole.
Esa misma institución gubernamental estadounidense propició, por medio del proyecto LRP, la entrega de casi 190 toneladas de yuca, papa, plátano, pepino, tomate, zanahoria, banano verde y 225,000 huevos, a más de 14,000 niños y niñas de escuelas públicas en ocho municipios de Intibucá. Esa repartición podría asegurar que ellos y ellas consumen dichos alimentos por 90 días.
En Lempira, La Paz e Intibucá, más de 380 familias productoras que aplican prácticas adecuadas de fertilización con un enfoque de manejo integral de suelo y agua con el programa ASA, recibieron fertilizantes y semillas mejoradas para sembrar 163 manzanas de maíz y 22 manzanas de frijol. En otro proyecto de respuesta a la emergencia en siete municipios de La Paz e Intibucá, alrededor de 2,000 personas obtuvieron alimentos básicos como frijol, maíz, arroz y leche en polvo.
En el Valle de Sula, jóvenes en riesgo social que forman parte del programa Jóvenes Constructores, pudieron abastecerse gratuitamente con víveres y productos de limpieza y desinfección, en supermercados de San Pedro Sula y alrededores, como parte del apoyo dado desde el proyecto Senderos Juveniles de Centroamérica, con el financiamiento del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.
Debido a la importancia de la salud emocional y mental en momentos de crisis, CRS ha dedicado recursos de su proyecto de Aprendizaje Socioemocional (ASE) para atender los estados de ánimo de docentes, padres de familia y alumnos de cuarto a sexto grado de escuelas públicas en Tegucigalpa e Intibucá.
“CRS y nuestros socios estamos ampliando y adaptando acciones para evitar la propagación y reducir el riesgo de la COVID-19. Hemos priorizado zonas con esfuerzos continuos de ayuda de emergencia, dadas las necesidades existentes de las personas y su alta vulnerabilidad desde antes de la pandemia”, declaró el director de CRS Honduras, Conor Walsh.