A pocos días de las elecciones del 30 de noviembre, expertos y analistas en Honduras hacen un enérgico llamado a la ciudadanía para que participe masivamente en las urnas y contrarreste la desconfianza en el proceso electoral, marcado por cuestionamientos al Consejo Nacional Electoral (CNE). La participación ciudadana se presenta como la principal herramienta para legitimar los resultados y frenar posibles fraudes.

Desconfianza

El abogado Germán Leitzelar destacó que la desconfianza en el sistema electoral solo puede combatirse con una alta participación. “El único actor legítimo de la elección es el pueblo hondureño y, por consecuencia, la única forma de contrarrestar esa desconfianza es una participación abrumadora”, afirmó. Según Leitzelar, un mayor número de votantes dificulta la manipulación de resultados, ya que “entre más hondureños ejerzan el derecho a votar, más difícil se vuelve alterar los resultados”. Explicó que con una participación del 50% del padrón, un candidato necesita convencer solo al 26% para ganar, pero con un 70%, requiere el 36%, lo que marca la diferencia entre un gobierno impuesto y uno legítimo.

Representatividad

Por su parte, el abogado Luis Romero enfatiza la importancia de la participación para garantizar la representatividad de las autoridades. “El 30 de noviembre es vital salir a votar porque el fortalecimiento de la democracia y la legitimidad de la persona que nos va a gobernar los próximos cuatro años depende de la cantidad de votantes en las urnas”, señaló. Romero advirtió que una baja participación beneficia a las minorías organizadas y debilita la democracia. Por su parte, el politólogo y docente argentino Guillermo Castillo abordó el tema desde una perspectiva comunitaria, subrayando que la presencia de cada ciudadano es esencial para construir una democracia sólida. “Si vos faltas a tu ciudad, algo le va a faltar. Le va a faltar una voz, le va a faltar un color, le va a faltar un pensamiento, pero sobre todo le va a faltar una presencia”, expresó. Castillo instó a superar la queja y el desánimo: “La queja, si bien a veces es justa, no es el modo como ninguna comunidad ni ninguna nación creció y prosperó. El gran desafío es estar presentes, conscientes y en paz”.

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