En su encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco lanza una advertencia profunda sobre los riesgos que enfrenta la política contemporánea: “La política hoy con frecuencia, suele asumir formas que dificultan la marcha hacia un mundo distinto”. Esta reflexión se convierte en punto de partida para analizar cómo el populismo y el liberalismo, desde sus extremos, pueden excluir a los más débiles y obstaculizar la construcción de una sociedad verdaderamente inclusiva.
Manipulación
Manuel Cruz, miembro del Instituto Hondureño de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, interpreta el populismo como una “necesidad real detectada” que no se atiende desde el poder para resolverla, sino que se utiliza con fines mezquinos, es decir buscar su propio beneficio. En sus palabras, el populismo desprecia y anula al más débil, convirtiendo sus carencias en herramientas de manipulación política.
Dependencia
Doris Gutiérrez, actual designada presidencial de Honduras, lo resume con una frase popular: “el populismo es que te den atole con el dedo”. Critica cómo se entregan bonos, canastas o becas no como derechos, sino como favores que generan dependencia. “Eso que te dan no es de la bolsa de ellos, es del mismo dinero del pueblo”, señala, evidenciando una práctica que perpetúa la subordinación ciudadana.
Lester Ramírez, director del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad, añade que el populismo fomenta la polarización social. “El populista gana al dividir a la sociedad”, afirma, explicando cómo las campañas políticas actuales se centran más en confrontar que en unir.
Desde la perspectiva de Fratelli Tutti, el llamado es claro: construir un mundo abierto, donde haya lugar para todos, especialmente para los más vulnerables, y donde se respeten las diversas culturas. El Papa Francisco precisamente nos dejó importantes mensajes que tanto el populismo como el liberalismo pueden ocultar el desprecio por los más débiles. La doctrina social de la Iglesia nos llama a la política que sea una expresión del amor social que promueva la dignidad humana y el bien común.

integrante IHDOSOC
Yo diría que aquí lo que vivimos y lo que he vivido, por lo menos en la edad que tengo, es puro autoritarismo con un discurso de democracia. Porque cuando yo busco los elementos de democracia desde el origen de los partidos políticos, de cuando llegan al poder y hacen autoridad, realmente yo honestamente le digo, quizás soy demasiado pesimista, pero no he visto democracia.

Designada presidencial
Entonces, los extremos realmente son negativos, son, podíamos decir frustrantes. En el fondo son frustrantes porque no desarrollan las habilidades, las destrezas y las capacidades de los jóvenes, sino que por el contrario los hacen ahora con la inteligencia artificial.

Director IUDPAS
Ambos bandos, o sea, o lados o extremos ideológicos pueden tener características populistas. El populismo es una manera de ejercer el poder y esa manera de ejercer el poder se basa en la personificación del pueblo en un líder populista. Es decir, el el líder populista o el personaje populista se adscribe de que él es el único que puede salvar al pueblo.
“Por eso, escuchando el grito del pobre, estamos llamados a identificarnos con el corazón de Dios”
León XIV
Papa