Como católicos, adoramos a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La tercera Persona de la Trinidad actúa en todo momento en nosotros y en la Iglesia, y muchas veces, no reparamos en su acción ni meditamos en su poder y fuerza. El Seminarista Luis Miguel Delgado, nos recuerda que el Espíritu Santo es el dador de vida, y como dador de vida, hace fecunda todas las cosas, y un medio por el cual el Paráclito actúa ordinariamente en nosotros es a través de los sacramentos.
Signos
“Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, en los que el Espíritu Santo actúa para santificar al creyente. Según la teología espiritual clásica, el dulce huésped del alma con la gracia santificante que derrama sobre nosotros nos infunde virtudes y dones. De esta manera el Espíritu Santo opera en nuestra alma”, agregó el seminarista.
Acción
Los sacramentos se actualizan justamente por la acción del Espíritu, el Padre Rigoberto Velásquez, Párroco de la comunidad Cristo Rey en Tegucigalpa, enfatizó que el Bautismo es el sacramento que nos incorpora a Jesucristo y el resto de los sacramentos actualizan esa presencia de Jesús en nuestra vida. “San Pablo nos dice que nada se mueve si no es bajo el impulso del Espíritu Santo, y ser una persona espiritual es dejarse conducir por la tercera persona de la Santísima Trinidad, por eso, una persona puede decir que es un es verdadero profeta cuando es obediente a la iglesia que se deja conducir por el Espíritu Santo”, destacó.
Entrega
Para Sor Oneyda Sánchez de la Congregación Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, es imprescindible la presencia del Espíritu Santo ya que es Dios mismo, manifestado en amor, amor que todos tenemos en nuestro interior y muchas veces es debilitado por la falta de la vida en gracia, vida que aportan los sacramentos.
Presencia del Paráclito en los cristianos
1 Bautismo
Este es el primer sacramento, donde por la gracia del Espíritu Santo se nos permite ser hijos de Dios, hermanos de Jesús y herederos de la vida eterna. Con el Bautismo se nos borra el pecado original y renacemos a una nueva vida.
2 Confirmación
Aquí el Espíritu Santo fortalece y perfecciona la gracia del Bautismo, completando el proceso de incorporación a Cristo y de vida en la Iglesia. Como regalo, el cristiano recibe la misión y el compromiso de ser testigos de Cristo y de la fe.
3 Eucaristía
En la Eucaristía, fuente y culmen de toda la vida cristiana, el Espíritu Santo hace presente a Cristo vivo, transformando el pan y el vino en su cuerpo y sangre, permitiendo la comunión con Él que nos nutre, consuela y sostiene en el camino.
4 Confesión
Con la Reconciliación o Penitencia el Espíritu Santo nos limpia por dentro, devolviéndonos a la condición del renacimiento bautismal, el camino para volver a la senda nueva es el perdón de Dios. El perdón divino nos hace nuevos de nuevo.
5 Unción de los Enfermos
En el sacramento de la Unción de los Enfermos el Paráclito da a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, esta acción se convierte cada vez más para todos en un signo visible de compasión y de esperanza.
6 Orden
sacerdotal En el sacramento del Orden, mediante la unción del Espíritu Santo, los sacerdotes son marcados con un carácter especial, y así quedan configurados con Cristo Sacerdote, para que puedan actuar como representantes de Cristo Cabeza de la Iglesia.
7 Matrimonio
El Espíritu Santo consagra la alianza matrimonial, santificando este acto de amor entre las parejas, haciéndola un signo del amor entre Cristo y la Iglesia, además da la gracia para formar una familia en la que se transmita la fe y el amor.