Editorial | Nuestra voz | Junio: Mes de la Juventud

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Para muchos jóvenes, la figura del nuevo Pontífice representa una inspiración y una llamada a vivir con mayor entrega su fe, a comprometerse con la justicia, la paz y el bien común, y a ser testigos valientes del Evangelio en el mundo de hoy.

La Iglesia Católica en Honduras, dedica el mes de junio como el Mes de la Juventud, quienes desempeñan un papel crucial como fuente de esperanza, alegría y renovación y son vistos como los encargados de transmitir la fe con entusiasmo y autenticidad, capaces de Ser Testigos del Evangelio. Se les considera una fuerza vital para el futuro de la Iglesia, capaz de llevar la fe a las nuevas generaciones y de transformar la sociedad con su testimonio, de ese modo durante este mes se reflexiona sobre la fe, la experiencia de los jóvenes, y los desafíos que enfrentan incluyendo la influencia de ideologías que pueden contradecir los valores y la misión de la Iglesia; involucrándolos en la vida eclesial, ofreciéndoles oportunidades para crecer en lo que creen y para compartir su fe con otros, para participar activamente en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, inspirados por los valores del Evangelio.

La Iglesia reconoce la existencia de ideologías que pueden contradecir los valores y su misión, como la ideología de género, el relativismo moral, el individualismo y el materialismo, de ahí que durante este mes de celebración, el objetivo es destacar y visualizar las tareas y actividades que día a día adelanta la Iglesia, para lograr que los jóvenes reflexionen sobre su fe, que dialoguen con los demás y aprendan a cuestionar las ideologías que pueden contradecir sus valores; proporcionando espacios para que puedan descubrir su vocación ayudándolos en la búsqueda de un propósito en la vida, pues como madre sabe que es un proceso fundamental para el desarrollo personal y profesional y que puede ser influenciado por diversos factores como los intereses, habilidades, personalidad y el entorno; reconoce la importancia de los jóvenes y su vocación y los invita a descubrir y vivir su llamada personal, tanto al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada, o a un compromiso laico, buscando siempre el bien común y la santidad.

La Iglesia les ofrece apoyo y guía para que puedan discernir su vocación, ofreciendo espacios de comunidad, acompañamiento y testimonio, de oración, porque es crucial que los jóvenes se conozcan a sí mismos, sus fortalezas, debilidades, intereses y valores, que exploren diferentes áreas de interés y posibles carreras, tanto a través de la investigación como de la experiencia práctica en un ambiente de respeto para que tomen decisiones informadas y así encontrar un camino que se ajuste a sus necesidades y aspiraciones, en vista que la elección vocacional puede ser un proceso intenso de cambio y dudas, especialmente en la adolescencia. Desde el Semanario FIDES, a los jóvenes se les hace una invitación a acercarse a sus parroquias, buscar un encuentro personal con Jesucristo, para que puedan transformar su realidad como discípulos misioneros, a reunirse con otros jóvenes a vivir su fe de forma activa, compartir su testimonio a través de diversos programas y actividades, como retiros, jornadas juveniles, participación en proyectos de voluntariado y de servicio a los demás, demostrando el amor y la misericordia de Dios. Tienen un reto: aportar ideas y propuestas innovadoras que permitan atraer a más jóvenes a los pies de Jesús y María.

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