Viviendo la Cuaresma: Un encuentro profundo con Dios y el prójimo

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La Cuaresma, que comenzó el 5 de marzo con el Miércoles de Ceniza, es un período de 40 días que invita a los cristianos a la reflexión, la conversión y la renovación espiritual. Este tiempo nos llama a acercarnos más a Dios y fortalecer nuestros lazos con el prójimo a través de prácticas como la oración, el ayuno y las obras de caridad.

Preparación

Durante estos días, podemos describirlo como un camino que nos lleva desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua. En este tiempo, se nos presen- tan signos y elementos que debemos ejercitar tanto de manera exterior como interior. Estos signos, aunque sencillos, nos invitan a un encuentro íntimo y personal con Él. El Padre Evelio Portillo, Párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Merced, ubicada en el sector de Co- mayagua, nos dice como prepararnos internamente durante este tiempo de Cuaresma y así acercarnos más a Dios Padre al decir “Vivir estos días con esta profundidad, nos llevará a ejercitar tanto obras materiales como espirituales. Estos ejercicios, que nuestra madre, la Iglesia, nos ofrece, son herramientas para crecer en santidad. En este sentido, podemos pensar en el proceso de afinar un instrumento musical, como una guitarra desafinada”.

El sacerdote también reconoce que “al ir ajustando las cuerdas, el sonido final se vuelve armónico, permitiendo que se entone una melodía hermosa. Así también, la Cuaresma va afinando nuestra vida espiritual, permitiéndonos caminar hacia la redención. Cada día, a través de la meditación de los signos que nos presenta la liturgia de la palabra, avanzamos en nuestro itinerario cuaresmal, preparándonos para celebrar a Cristo vivo y resucitado. Que, al final de este tiempo de reflexión y crecimiento, podamos dar razón de la resurrección de Cristo en nuestras vidas”.

El Padre Alberto Enamorado, Párroco de la comunidad Divina Providencia de Tegucigalpa, nos expresa lo importante que es encontrar le verdadero significado de este tiempo de Cuaresma. “Hoy en día, cada ser huma- no está lleno de acciones, hábitos, virtudes y vicios que nos ayudan a crecer, ya sea de manera buena o mala. La Cuaresma, como tiempo de reflexión y conversión, nos invita a trabajar en nuestras acciones menos buenas y a esforzarnos por dar lo mejor de nosotros.

Este tiempo de 40 días nos ayuda a forjar nuestro carácter, tanto humano como espiritual, fortaleciendo nuestra voluntad a través de la docilidad al Espíritu Santo. Somos hijos de Dios y necesitamos experiencias espirituales para integrar lo humano y lo divino. Jesús, al encarnarse, vino a redimirnos, mostrándonos la importancia de este pro- ceso. Durante la Cuaresma, muchos optan por dejar de lado distracciones o dedicar más tiempo a la oración y la reflexión, lo que contribuye a nuestra conversión”, detalló.

La Cuaresma es un momento para evaluarnos y ver cuánto hemos crecido. Es un proceso continuo que nos lleva a la esperanza, recordándonos que somos un proyecto en construcción, y que Dios, a través de Jesucristo, nos ofrece la salvación.

¿QUÉ SE OFRECE TRADICIONALMENTE EN CUARESMA?

La Cuaresma es un tiempo de penitencia, por lo que es frecuente ofrecer al Señor un sacrificio, tanto para pedir la gracia de la conversión personal como para fortalecer la voluntad para poder cooperar con esa gracia. Ambos fines van juntos porque sin Dios no podemos hacer nada. El mejor sacrificio que podemos hacer es dejar de pecar.

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