Convertir nuestra vida: El reto del Jubileo 2025 a la luz de San Pablo

Cada 25 de enero recordamos como este hombre, estuvo ante la presencia de Dios y cambio su forma de actuar

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El Jubileo de la Esperanza 2025 nos invita a un profundo examen de conciencia y a una conversión sincera, siguiendo el ejemplo de San Pablo, quien pasó de ser perseguidor de cristianos a uno de los más grandes apóstoles del Evangelio. La historia de su conversión, narrada en los Hechos de los Apóstoles, nos recuerda que el encuentro con Cristo transforma la vida y nos da una nueva misión.

Ejemplo

Para Pablo Suazo, miembro de la Pastoral Juvenil, este Jubileo es una oportunidad única para que los jóvenes reflexionen sobre su camino de fe. “San Pablo nos enseña que nunca es tarde para volver a Dios. Hoy en día, muchos jóvenes se sienten alejados de la Iglesia, pero este Jubileo es un llamado a regresar, a redescubrir la fe y a poner a Cristo en el centro de nuestra vida”, afirma.

Por su parte, Óscar Osorto, feligrés de la Parroquia El Salvador del Mundo, destaca la importancia de una conversión auténtica: “La conversión no es solo cambiar de actitud por un momento, sino dejarse transformar por el amor de Dios. San Pablo pasó de perseguir a los cristianos a entregar su vida por Cristo. Eso nos demuestra que cuando Dios nos llama, nos da la gracia para cambiar y ser testigos de su amor”.

El Papa Francisco nos ha invitado a vivir este Jubileo con esperanza, reforzando nuestra relación con Dios a través de la oración, la confesión y el servicio a los demás. La conversión, al igual que en la vida de San Pablo, implica un giro radical: dejar atrás lo que nos aleja de Dios y abrazar una vida nueva en Cristo.

A medida que nos preparamos para este año jubilar, cada creyente está llamado a preguntarse: ¿qué áreas de mi vida necesitan convertirse? ¿Cómo puedo, al igual que San Pablo, responder al llamado de Dios con valentía y entrega? Este Jubileo de la Esperanza es una invitación a caminar hacia una fe más viva y comprometida, renovando nuestra relación con el Señor y con nuestros hermanos en la comunidad.

En este contexto, las parroquias y comunidades están organizando diversas actividades para ayudar a los fieles en este proceso de conversión. Retiros espirituales, jornadas de reconciliación y momentos de adoración eucarística serán clave para fortalecer nuestra fe y compromiso con Dios. Finalmente, la conversión no es un evento de un solo día, sino un camino continuo de crecimiento en la fe. Al igual que San Pablo, estamos llamados a vivir con pasión el Evangelio y a ser testigos del amor de Dios en nuestro entorno. Que este Jubileo de la Esperanza sea el inicio de una transformación profunda en nuestras vidas y en la Iglesia.

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