El 17 de septiembre de 1923, se instituyó oficialmente en Honduras el Día del Maestro, esto en honor a José Trinidad Reyes, un destacado sacerdote y educador que dejó una huella imborrable en la historia educativa del país. Reyes, conocido por su incansable lucha por el derecho a la enseñanza, fue el fundador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y un ferviente defensor de la educación como herramienta para el desarrollo y la transformación social.
Funciones
Los maestros tienen un papel crucial en la formación integral de los estudiantes, promoviendo valores esenciales como el respeto al prójimo y el temor de Dios. Ángela Ochoa, feligrés de la Parroquia San Juan Bautista de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, es también profesora de la asignatura Actividades Prácticas desde hace 12 años, ella nos comenta lo que significa ejercer la profesión de docente al decir “Es para mí una vocación muy noble y llena de amor, en la que puedo disfrutar de mi trabajo a través de la enseñanza, dedicación y también de mucha satisfacción al reforzar los valores y ayudarles en su formación profesional y personal a mis alumnos, para que ellos puedan desempeñarse en todos los ámbitos. Ser maestra significa enseñarles, escucharlos, amarlos y estar ahí para ellos con mucho amor”.
Por su parte el Padre Eduardo Mancía, Párroco de la comunidad El Calvario de Comayagüela, deja el siguiente mensaje a los docentes en Honduras: “Anunciar el Evangelio desde las aulas de clases implica integrar la fe y los valores cristianos en el ámbito educativo, de manera que el mensaje de Jesús llegue a los estudiantes en un contexto de formación integral. Este desafío no solo concierne a los educadores religiosos, sino a todo docente que desee transmitir principios éticos y morales basados en el Evangelio, independientemente de la asignatura que imparta”.