Jesús, en su enseñanza, nos llama a ser como niños para poder entrar en el Reino de los Cielos. En Mateo 18, 3, el Señor nos dice: “De cierto os digo, que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”, esta afirmación nos invita a reflexionar sobre la pureza, humildad y sinceridad que caracterizan a los niños, cualidades que debemos imitar en nuestra vida cristiana.
Mensaje
Los niños, con su inocencia y confianza plena, representan el modelo ideal de fe que Jesús espera de sus seguidores. Ellos son espontáneos, dicen la verdad sin malicia, y muestran un amor incondicional, reflejando así la esencia del amor divino.
En Mateo 19, 14, Jesús dice: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el Reino de los Cielos”. Esta declaración subraya la importancia de mantener un corazón puro y libre de egoísmos, similar al de un niño, para poder acercarnos más a Dios.
En la cita bíblica de Juan 3, 3, Jesús dialoga con Nicodemo y nos recuerda que, para entrar en el Reino de los Cielos, debemos “nacer de nuevo”, este nacimiento no es físico, sino espiritual, un renacimiento que implica adoptar una actitud humilde, libre de prejuicios y llena de fe, como la de un niño. Sin embargo, es fundamental entender que ser como niños no significa caer en la inmadurez o irresponsabilidad, Jesús no nos llama a renunciar a la sabiduría y prudencia que adquirimos con la experiencia, sino a cultivar la pureza y sinceridad en nuestro corazón. “Dios escucha con especial atención a los niños porque ellos se acercan a Él con un corazón limpio y una fe sincera”, así nos lo expresa Arturo Mendoza, asesor del Movimiento de Encuentro de Promoción Juvenil, quien además agrega que “para lograr una actitud de niños sin caer en la inmadurez, debemos ser amorosos, sinceros y espontáneos, pero también prudentes y modestos en nuestras acciones”.
La alegría del Evangelio, como nos recuerda el Papa Francisco, debe ser parte de nuestra vida diaria, reflejando la alegría y confianza de un niño en el Señor.
1 Conmemoración
En muchos países, la Iglesia Católica celebra el Día del Niño con actividades especiales durante algunas Misas, destacando la importancia de los niños en la comunidad. En Honduras es cada 10 de septiembre.
2 Bautizo
El Bautismo de los niños en la Iglesia Católica, simboliza la entrada a la vida cristiana desde una edad temprana, marcando el comienzo de un camino de fe que se espera sea vivido con la misma pureza y sencillez que caracteriza a los niños.
3 Comunidad
El Papa Francisco ha hablado en varias ocasiones sobre la importancia de que los adultos emulen la alegría y la espontaneidad de los niños. “En ustedes, niños, todo habla de vida, de futuro. Y la Iglesia, que es madre, los acoge, los acompaña con ternura y con esperanza”, expuso el Pontífice.