Reflexión | Drama inútil

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Columnista Semanario Fides, Portavoz C.E.H y arquidiócesis de Tegucigalpa

Tenía yo un artículo terminado para hablar de la crisis migratoria que estamos viviendo y que parece que ignoramos, porque no alcanzamos a ver los buses que transportan a los hermanos latinoamericanos, sobretodo, venezolanos, que llegan a nuestras fronteras y que, en un negocio redondo que a todas voces sabemos quién maneja, son esquilmados en sus pocos haberes para poder llegar a la frontera con Guatemala.

A la vez, se nos ha olvidado que el número de los hondureños que siguen saliendo en una hemorragia demográfica, fuera del país, sigue siendo altísimo. Sin contar, con que el número de los migrantes retornados, aunque hablen de que se ha estancado en el mismo número, sabemos que sigue siendo muy alto. En las últimas horas, en uno de esos actos que realmente nos deja perplejos y quisiera decir, sin palabras, pero eso no es así, el Gobierno de la República ha decidido denunciar el tratado de extradición con los Estados Unidos que está vigente desde 1912 y cuyo acto acordado, al menos ha representado en el horizonte de la seguridad de nuestra nación, una esperanza que, todos estos que han provocado la muerte y que se han aprovechado de la dignidad de nuestros hermanos, algún día pagarán por todos sus crímenes.

Como ciudadano que soy de este país, afirmo con firme convicción que absolutamente nada, desde el punto de vista ético y con fundamento en la verdad, justifica esa decisión. Desde hacía meses había escuchado que estaban en ese plan los señores que realmente toman las decisiones en el país y que utilizan, manipulan, a los que salen a dar la cara y sobre todo, a la opinión pública.

Así que sus actuaciones y dramas, aunque se crean lo contrario, no convencen a nadie. Hace unos años, cuando se luchaba contra la impunidad de una reelección que no era legal ni justificada, cuestioné en esta misma columna aquello de que “los pueblos se merecen los gobernantes que tienen”. Dije que no nos merecíamos para nada lo que teníamos. Reitero ahora mi posición y amplío todavía más esa postura al decir categóricamente que esta no es, ni remotamente, la Honduras que todos queremos.

Si antes criticamos que se gobernaba para un grupo, ahora se repite la historia y de forma más burda. Lo que todos nos preguntamos, pero todos sabemos la respuesta es: ¿A quién están protegiendo con esta medida? El cuento de la injerencia del imperio y lo de golpe de Estado sólo nos prueba que hay algunos que se quedaron con el disco rayado al punto que, la aguja moral, hace ratos se les perdió. Como bien notaron en mis primeras líneas hablé de mi artículo sobre la migración. Pues les cuento que, lo sucedido en estas últimas horas, lo único que provocará es un agravamiento de la crisis migratoria. No hay que ser economistas para darnos cuenta, que la inversión sin presiones políticas exacerbadas, léase, como la de China, no vendrá al país. Se ve en el horizonte que tendremos huracán.

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