Cuando se habla de libertad, se refiere a la capacidad y actitud de una persona para actuar conforme a sus propias decisiones. Sin embargo, es fundamental que esta esté acompañada de un discernimiento cuidadoso, evitando decisiones impulsivas que puedan desviar el verdadero propósito de nuestras acciones.
Uno de los cuestionamientos más profundos que enfrentan los seres humanos es si Dios realmente otorga libertad a las personas. Desde una perspectiva cristiana, esta no es un concepto meramente temporal o terrenal, sino que está completamente ligada al anhelo de alcanzar la vida eterna. Este deseo debe reflejarse en todas las actitudes y comportamientos, trascendiendo más allá de lo cotidiano.
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El Padre Jony Murillo, administrador de la Parroquia San José de la Montaña, profundiza en este tema afirmando que “La esclavitud coarta nuestros comportamientos, mientras que la libertad se construye día a día a medida que nos aceptamos a nosotros mismos. Dios no prohíbe absolutamente nada. Los 10 mandamientos son le- yes que nos guían en nuestra moral, pero no son restricciones.
Además, Dios advierte a Adán y a Eva sobre el árbol de la Ciencia, no para prohibirles, sino para guiarlos”. Por su parte el Padre Murillo señala que todos enfrentamos diversas formas de esclavitud, ya sea el pecado o incluso nuestras propias familias. Re- conocer estas limitaciones es el primer paso para construir una libertad auténtica, que nos permita vivir en plenitud y conforme a los principios divinos.
