Entre los valores que se deben fomentar en el núcleo familiar, está la oración, sin embargo, cuesta mucho ponerlo en práctica cuando están todos reunidos, y pareciera que es más fácil orar en los grupos o en la Iglesia. El Padre Gerardo Vallecillo, Párroco de la comunidad Madre Dolorosa, considera que entre las cosas que pueden afectar en este tiempo a la familia es el tema de la importancia e interés que le demos a Dios. “Uno termina priorizando lo que considera que es importante, entonces hay pedir al Espíritu de Dios que nos dé más interés por las cosas del Señor, también está como desafío el tema de la fe, esa necesidad de unirnos con el Señor sabiendo que solo de Él podemos depender”, dijo.
UNIDAD
Está comprobado que al experimentar juntos el poder de la oración y presenciar las respuestas divinas a nuestras peticiones, nuestra fe se fortalece y se renueva.
CONFIANZA
La oración nos ayuda a creer y confiar en que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y que Él nunca nos abandonará en los momentos de dificultad.
RECONCILIACIÓN
La oración nos ayuda a cultivar la humildad y la comprensión en nuestro trato con los demás, y nos invita a construir un ambiente de amor y paz en el hogar.
1 Meditación
El Papa Francisco enfatiza que la oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio, por eso cada día se puede leer en familia un pasaje bíblico, puede ser una de las lecturas diarias y meditarla, para descubrir lo que Dios a través de su palabra nos quiere decir.
2 Horario
Establecer un horario para que toda la familia pueda estar presente en el hogar y disponer unos minutos para intimidar con Dios a través de la oración, este momento puede ser dirigido por un integrante cada día, de esa manera todos podrán sentirse fortalecidos y llenos de confianza.
3 Santo
Se puede elegir un santo por cada mes y conocer su vida, iniciando por San José, por ser el santo patrono de la familia, también hay otros santos y santas que han seguido el ejemplo de la Sagrada Familia en su vida, y a imagen de ellos podemos conducir nuestra familia hacia la santidad.
4 Piedad
Tener una vida de piedad en familia como: bendecir la mesa antes de comer, acordarnos de la Virgen Santísima, rezar antes de salir de casa, rezar el Rosario, asistir a la Santa Misa juntos, hace presente en nuestros hogares al Señor y nos ayuda a fortalecer los lazos familiares.
5 Vínculo
Al orar con su familia, también está fortaleciendo su relación con ellos. Es importante orar por algo que les preocupa, o solamente unirse en alabanza a Dios por los buenos acontecimientos. Es una bonita forma de estar juntos en cualquier momento de sus vidas, apoyándose mutuamente.
6 Clamar
No olviden clamar la presencia del Espíritu Santo antes de iniciar con la oración, Él actúa en la familia, la sana, la restaura y le da la fuerza para seguir adelante. El Espíritu Santo es la ayuda oportuna para construir lazos familiares, instruir y guiar hacia un propósito definido.