Sacrificarnos por los hermanos es el mayor legado de San Maximiliano Kolbe

Su semejanza con Cristo, debe interpelar a cada cristiano para colocarse en los zapatos del otro, siendo necesario inmolarnos por los hermanos

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Encarnar las palabras de Jesús, fue lo que llevó a San Maximiliano Kolbe, Mártir por la Caridad, a no pensar en sí mismo y observar más allá de su realidad y propia comodidad, se anonadó y entregó su vida para que otros vivan. Es para el mundo actual, un mensaje propicio en una sociedad que se interesa poco o nada por el otro.

Cotidiano

El acto de entrega de San Maximiliano Kolbe, se asemeja al de Jesús y sigue vigente entre nosotros, así lo afirma Juan Carlos Canales, feligrés de la Parroquia que tiene como patrono a este gran santo, aunque menciona que “Es en lo ordinario de nuestro diario vivir, ahí en lugar donde estamos, en casa, con la familia, en la comunidad, en el trabajo, en el colegio, en la calle, en las plazas, donde sea que estemos debemos recordar y hacer cumplir el mandato de nuestro Señor”.

Esta generosidad por los demás, evoca en hacer obras de misericordia. “Cuando ayudamos a los migrantes o forasteros, a los presos y a todos los que están enfermos, consolándolos con misericordia, es en ese momento que amamos al prójimo como San Maximiliano lo hizo”, dijo Canales. Otra forma de irradiar el ejemplo del santo, es ayudando a los demás a alcanzar el cielo, corrigiendo en la fraternidad, educando su fe y siendo compañeros de un camino arduo, afirmó este activo feligrés.

Servicio

“El verdadero poder está en el servicio”, expresó en una ocasión el Papa Francisco y Maximiliano Kolbe asumió esta forma de vida quizá muchos años antes, donando su ser en un acto de entrega ver- dadera. Para Fabricio Vásquez, feligrés de la parroquia Maximiliano Kolbe de Comayagüela, la muestra de fe de este querido santo, se enmarca en “La solidaridad cuando nuestros hermanos más lo necesitan, entregando nuestra vida por los demás, podemos sacrificar nuestra vida en servicio con los más desprotegidos y más necesitados”. Otra forma de vivir esa espiritualidad del Caballero de la Inmaculada, es poder aplicar las palabras de Cristo en el Evangelio, adoptándolas para su servicio y razón de ser a diario, algo que cada cristiano debe aplicar en su forma de ser. Naciendo en la II Guerra Mundial, San Maximiliano, es un ejemplo que ante la adversidad, dar la vida por el otro, es una gracia que Dios da. A ejemplo de Jesús y de San Maximiliano Kolbe, debemos entregarnos por los demás, no de manera precisa como lo hicieron estos dos ejemplos, sino en situaciones que a diario vivimos.

Con obras concretas de ternura, empatía y amor, estaremos reflejando en los más necesitados, el ejemplo heredado de San Maximiliano Kolbe, un derroche de misericordia pura y cercana.

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