En una sociedad donde las opiniones sobre el aborto pueden generar divisiones profundas, la Iglesia Católica mantiene una postura firme y clara en la defensa de la vida desde su concepción. Este compromiso no solo se basa en principios religiosos, sino en una visión humanitaria que valora la dignidad de cada ser humano.
Mensaje
En su exhortación apostólica “Evangelii gaudium”, el Pontífice subraya la importancia de la opción preferencial por los más débiles y desamparados: “hay un signo que nunca debe faltar: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha” (EG 195). El Padre Noé Briceño, Párroco de la Comunidad Espíritu Santo en la Diócesis de Choluteca, nos recuerda que el mensaje de la Iglesia debe ser contundente en cuanto al respeto a la vida. “El respeto al derecho a vivir es un don que Dios nos ha regalado. La ley natural nos muestra que nadie puede ir en contra de la vida misma, nos estamos contradiciendo”, afirmó el Padre Briceño.
En sus palabras, resuena el ejemplo de Santa Teresa de Calcuta, una gran embajadora de la promoción de la vida. “Ella nos enseñó que hay que buscar todos los esfuerzos físicos, sociales y económicos posibles para proteger la vida. Ese es el espíritu que debemos seguir los cristianos, defender la vida y salvaguardarla cumpliendo la misión de Dios”, añadió el presbítero.
1 Dignidad
El respeto por la dignidad humana guía nuestras acciones hacia una cultura de vida, donde cada persona es valorada y cuidada con compasión y equidad. Esto implica que cada persona sea tratada con respeto y justicia.
2 Defensa
La defensa de la vida debe ser integral, abarcando no solo su inicio y final, sino cada etapa, especialmente las más frágiles. Proteger la vida en todas sus fases es un signo de verdadero progreso en una civilización.
3 Misericordia
Este mensaje debe extenderse a todos, incluidas las mujeres que han enfrentado un aborto. La misericordia implica no solo ofrecer perdón, sino también acompañar a las personas en su proceso de sanación y reconciliación.
