Se llevó a cabo la II Asamblea de Delegados de la Palabra y sus familias, evento realizado en el gimnasio olímpico de San Pedro Sula, comenzando con la oración y las palabras de bienvenida del asesor de este ministerio, el Padre Henry Gómez.
Llamado
En su mensaje Monseñor Miguel Lenihan expresó “el hombre siembra la semilla y es Dios quien la germina; el hombre es quien abona y riega la semilla, pero Dios es quien la ayuda a crecer. Recuerdo que esto comenzó con 17 delegados, ahora son unos 20 mil. Este es el fruto de Dios, se sembró con humildad y paciencia, ahora Dios ha dado fruto y abundancia. “Los delegados han salvado la fe del área rural”.
La Hora Santa fue dirigida por el responsable de los Delegados de la Palabra de la zona Medalla Milagrosa, el Padre Benedicto Maldonado, quien mencionó que es un acto de profundo recogimiento espiritual lo que se vivió en esta asamblea. “La comunidad se congregó alrededor del altar para adorar a Jesús sacramentado. Este momento sublime, crucial para la vida espiritual de cada cristiano, nos recuerda la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento”, detalló el Presbítero.
Durante la ceremonia, las familias se unieron en oración y contemplación, reconociendo la presencia completa de Jesús, su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad.
Como parte de la asamblea, el Seminarista Noe Hernández, impartió el tema “Familia de Delegados, semillero de vocaciones para la participación”. En su disertación explicó que “la misión fundamental de los delegados de la Palabra de Dios en la Arquidiócesis de San Pedro Sula, es que ellos son llamados a ser testigos de la verdad, a elevar las almas hacia Dios, hacer presente el reino de Dios y santificar el mundo con su testimonio. Los motivó a que su ejemplo y testimonio arrastren a otros a unirse a esta misión sagrada”.
Datos
El Ministerio de los Delegados de la Palabra de Dios en Honduras es una organización que tiene como objetivo formar y consolidar la experiencia de comunidad de fe entre los laicos, están comprometidos con una vida y espiritualidad alimentada por la Palabra de Dios. Está compuesto por hombres y mujeres, con dedicación especial de profundizar y llevar el mensaje evangélico a sus comunidades y parroquias. El ministerio busca promover la participación activa de los laicos en la vida de la Iglesia y en la misión evangelizadora.
Quienes asumen este ministerio laical, reciben especialmente formación bíblica y pastoral para fortalecer su capacidad de transmitir la Palabra de Dios de una manera efectiva y relevante. Se forman también en diversos contenidos, sabiendo que su tarea es amplia y va más allá del culto dominical.