Las formaciones, cuando son perennes, son muy importantes, ya que es necesario utilizar el tiempo libre en cosas positivas y cuando el joven se forma dentro de la Iglesia, se convierte en ente multiplicador y con ello demuestra su respeto y servicio, siendo ejemplo dentro de sus familias.
El centro de retiros “La Casa de Pedro”, en Tegucigalpa fue el lugar en donde más de 50 jóvenes líderes coordinadores del Movimiento Familiar Cristiano Juvenil (MFCJ) de las Diócesis de Comayagua, Yoro, Juticalpa y de las Arquidiócesis de Tegucigalpa y San Pedro Sula, se reunieron con el objetivo de fortalecer la espiritualidad y la comunicación entre los jóvenes para así atraer más fieles que deseen conocer a Jesucristo.
René Mejía y Estela Hernández, coordinadores nacionales del MFCJ, expresaron que “Como líderes, estuvimos acompañando a nuestros jóvenes, porque siempre hemos dicho que son el presente y el futuro de nuestro país. Hemos vivido una experiencia muy hermosa, pues ellos transmiten mucha alegría y motivación”. De igual forma manifestaron que se sentían orgullosos de tener a tantos participantes con mucha espiritualidad. “Seguiremos apostando por los integrantes del MFCJ y seguiremos rescatando a más familias”.
En este primer ENDA-VI, los muchachos fueron acompañados por los matrimonios asesores de esta área. Durante este encuentro se derramo el Espíritu Santo en cada uno y con esta alegría de espiritualidad, regresaron a sus hogares para que en cada Diócesis y Parroquia, sigan su misión. En esta vivencia les acompañó el Asesor Eclesial Nacional, Fray Juan Francisco Ruíz; fueron dos días en los cuales las experiencias se compartieron para un mejor desarrollo entre los jóvenes que generan su accionar dentro del MFCJ para emprender su misión evangelizadora. El MFC está formado por 7 áreas y Área VI es la encargada de los jóvenes. Sus integrantes tienen edades comprendidas entre los 16 y 25 años y se reúnen en equipos acompañados de un joven promotor para la vivencia del ciclo básico de formación.
1 Objetivos
En el MFC se descubren y viven los valores personales, conyugales y familiares en su dimensión humano-cristiana, en donde se aprende a servir, no solo en la familia, sino a toda la comunidad.
2 Historia
En el año de 1947 surge en los Estados Unidos de Norteamérica un movimiento inspirado por el francés, pero adaptado a las circunstancias de ese país, con el nombre de “Christian Family Movement” con sede en Chicago.
3 Motivación
Una de sus principales fuerzas está en la creación de un movimiento de laicos con unidad latinoamericana, que nace y crece con fuerza propia en cada país, pero con una necesidad sentida de unirse con familias de otros países.