Este tercer domingo de Adviento, conocido como el “Domingo Gaudete o de la Alegría”, brinda a la comunidad católica hondureña y en todo el mundo, una oportunidad única para reflexionar y buscar la felicidad en medio de los desafíos diarios. Gaudete es una de las palabras que viene del latín que significa “alegría de gozo”.
El color litúrgico que usa en las vestiduras del celebrante, correspondiente a este domingo es el rosado, el que también se coloca en la corona de Adviento, como una señal de que estamos cerca de celebrar el nacimiento del Señor. El color rosa -asociado a la belleza y a la serena alegría- produce un contraste en la liturgia, en la que ha venido primando el violeta (morado) como signo de austeridad.
Familia
El psicólogo Amílcar Sánchez destaca la importancia de fortalecer los lazos familiares en busca de la felicidad. “La familia es un refugio emocional. En este tercer domingo de Adviento, dediquemos tiempo de calidad a nuestras familias. Compartir momentos, expresar gratitud y practicar la empatía son clave para cultivar la alegría en el hogar”, aconseja el experto. Por su parte, la joven Stefany Flores, miembro activo de la comunidad Emproísta y del camino Neocatecumenal, comparte su perspectiva al decir que “En nuestros movimientos, celebramos la alegría como un regalo divino. Invito a las familias a unirse a actividades comunitarias, como rezos, cenas y obras de caridad. La conexión con los demás es esencial para encontrar la felicidad que Dios nos ofrece”, comparte.
Iglesia
Fernando Sánchez, asesor adulto de jóvenes, resalta la importancia de la comunidad eclesial en la búsqueda de la felicidad. “La Iglesia es un lugar de encuentro y apoyo mutuo. En este Domingo de Alegría, participemos activamente en la vida parroquial. Colaborar en eventos, grupos de oración y servicios comunitarios nos acerca a la felicidad compartida”, afirma. La joven Stefany agrega que “En nuestra comunidad, encontramos hermanos y hermanas que comparten nuestras creencias y valores. Juntos, podemos superar desafíos y celebrar las alegrías de la vida. Invito a todos a involucrarse y construir la felicidad desde la base de una comunidad fuerte y unida”.
Consejos
Cultivar la gratitud, es una las premisas que resalta el psicólogo Amílcar Sánchez, quien a su vez aconseja practicarla diariamente. “Identificar y agradecer las bendiciones cotidianas nos conecta con la alegría interior”. Sánchez anima a involucrarse en actividades de la comunidad ya que, según su opinión “la alegría se multiplica cuando la compartimos. Colaboremos en proyectos y eventos que fortalezcan los lazos comunitarios”.
Por su parte Daniela Meléndez, encargada de la espiritualidad de su comunidad de jóvenes, destaca la importancia de la empatía en la familia y en la Iglesia. “Escuchar activamente y comprender las experiencias de los demás nos acerca a la felicidad. Seamos receptivos a las necesidades de nuestros seres queridos y compañeros de comunidad”, concluyó. En este Domingo de la Alegría, el pueblo hondureño católico tiene la oportunidad de buscar y encontrar la felicidad en la unidad familiar y la comunidad eclesial. Siguiendo estos consejos, se puede construir un camino hacia la alegría que perdure más allá de esta celebración especial.