En la Homilía de este Tercer Domingo de Adviento, en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, Monseñor José Vicente Nácher Tatay, Arzobispo de Tegucigalpa, hizo hincapié en la verdadera humildad, la cual no daña nuestra dignidad ni niega las cosas buenas que hacemos, sino que reconoce que todo lo bueno que elegimos y hacemos es por Dios.
Asimismo, detalló que la esperanza profética de Juan llena el desierto de “desiertos”. Es decir, muchas personas experimentan un vacío, un desierto en su interior y en su corazón, van al otro lado del Jordán, donde clama la solitaria voz de Juan.
El arzobispo también enfatizó: “¡Cuánto necesitamos ‘voces del desierto’ como las de Juan, no voces que busquen la apariencia, sino esas voces que nos ayuden a reconocer la verdad y a descubrir al Salvador”.
Al término del mensaje en este Tercer Domingo de Adviento, Monseñor Nácher expresó que nos unimos a la alegría de María porque nuestro Salvador está cerca y pronto cumplirá su promesa.