“La fuerza del amor de Cristo llevo a San Francisco Javier a ir a las periferias con dificultades y peligros a llevar la alegría de seguir a Jesús para proclamar su Evangelio y servirlo hasta el final”, decía el Papa Fran- cisco en su audiencia general el pasado 17 de mayo, esto en alusión al celo de compartir la Buena Nueva. Esta frase estaba dirigida a los jóvenes quienes en la actualidad son los llamados a poner la luz y sal que se nos pide en el Santo Evangelio.
Y es que en la actualidad, los jóvenes son los más afectados por la violencia y la falta de paz en el país. Datos de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas pro las niñas, niños, adolescentes, Jóvenes y sus Derechos, (COIPRODEN) re- velan que solo en mayo de 2023, se registraron al me- nos 61 víctimas. El 72% (44) fueron jóvenes entre los 19 a 30 años de edad y el 28% (17). De igual forma el 82% (50) de las víctimas fueron hombres y 18% (11) fueron mujeres.
Respuesta
Pese a estas nada alentadoras cifras, los jóvenes se deben de caracterizar por transmitir a un Jesús alegre, en forma, con ánimo y convicción. “No podemos ser portadores de la luz de la resurrección con una cara de funeral” nos comparte Jeerly Irías, integrante del Instituto San Juan Pablo II de Pastoral Juvenil, agregando que, para motivar a las generaciones adultas, la semilla de la alegría es fundamental para transmitir un Dios que vive entre nosotros.
Es compleja la situación que se vive en Honduras, pero Sor Janeth Díaz, Misionera de Marilam, Se ha caracterizado por tener una actitud preferencial por los jóvenes y niños. Ella nos dice que “En mi juventud, antes de ingresar con las hermanas, disfruté mucho trabajar con mis amigos de la Iglesia”. Su liderazgo con los jóvenes de su parroquia la llevó a acompañarlos durante mucho tiempo y allí ella des- cubrió que los muchachos y muchachas lo que necesitan es ser escuchados.
Trabajo
En el departamento de Olancho, son muchos los jóvenes que trabajan por fomentar un ambiente de tranquilidad en una sociedad convulsionada por la violencia. Es por ello que varios muchachos bienhechores y dispuestos a servir, han integrado la agrupación “Jóvenes Artesanos de la Paz” esto en la ciudad de Juticalpa. Ellos han ayudado a muchas personas necesitadas como doña Pauli- na Flores, de la colonia “Mina Guifarro” de esa ciudad. A ella le colaboraron llevándole una ayuda con víveres y otras cosas más.
“Es con esos pequeños gestos que se puede alcanzar la paz en las comunidades y es una de las motivaciones que deben de tener los muchachos para fomentar espacios amigables”, reconoció doña Paulina. Por otra parte, el llamado se hace desde cada movimiento a poder reconstruir las comunidades, identificando a los jóvenes por sus habilidades, para junto con ellos buscar mejorar la forma de trabajo en el grupo una vez que la pandemia haya pasado.
Ataques
A la situación actual de violencia e indiferencia que viven los jóvenes, se le suman los ataques con ideologías de género que distorsionan a la familia. Ariana Bonilla, líder de Pastoral Juvenil en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, opina que “El abordaje de estos temas en los grupos juveniles, debe de ser a la luz del Evangelio y del magisterio de la Iglesia, motivando a respetar la dignidad humana, apoyando a quienes sufrieron algún tipo de abuso para amarlos como Jesús lo haría”. El presbítero Alberto Enamorado, capellán de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, explica que hay que pedir al Señor la valentía, una virtud que proviene del don del Espíritu Santo, que es la fortaleza.
Violencia encarnada
En el mes de mayo se registran 24 víctimas, 17 fueron hombres y 7 mujeres; 19 fueron jóvenes entre los 19 a 30 años y 5 niñas y niños entre los 0 y 18 años. Los departamentos con más hechos violentos registrados, continúan siendo Francisco Morazán y Cortés.