Son muchos los centros escolares que, bajo la dirección de la Iglesia Católica promueven valores y la fe
Honduras
tiene muchos desafíos en educación, lo que genera una revalorización sobre un buen número de católicos que fungen como docentes, destacando el alto número de escuelas, colegios y universidades con marcada fe católica, que aportan al sistema educativo.
Orientación Lo cierto es que en el mundo hay miles de docentes y entre ellos, muchos que, guiados por su fe, buscan sembrar la semilla del Evangelio en sus alumnos. Fray Arturo Trinidad Espinal, párroco de la comunidad Inmaculada Concepción y director del colegio que lleva el mismo nombre, opina que “Cuando hablamos de una educación cristiana, hablamos de que el maestro y la maestra educan hacia un proyecto de persona en quien viva Jesucristo”.
Esta afirmación de hacia dónde los maestros católicos buscan llevar su formación, es apoyada por lo que menciona el fraile franciscano al comentar que “estamos en condiciones de afirmar que, en el proyecto educativo católico, Cristo, el hombre perfecto, es el fundamento en donde todos los valores humanos encuentran su plena realización y, de ahí su unidad”. La Iglesia busca siempre la unidad y hacia eso orienta cada paso en sus procesos formativos.
Camino
Para el catolicismo, la historia ha significado un buen número de espacios educativos que han servido, no para adoctrinar ni para hacer proselitismo, sino para poder transformar la sociedad con base al mensaje de Jesús, por lo que Fray Arturo, es del criterio que “La Iglesia busca, a través de sus instituciones educativas, preparar una generación capaz de construir un orden social más humano para todos, de superar un género de indiferencia creciente y generalizada”.
Estas realidades, latentes en el cotidiano vivir, determinan un verdadero reto para el educador católico, porque “en un mundo neoliberal y de mercado, donde es muy fuerte la tentación de refugiarse en el egoísmo y en una visión consumista de la vida”, afirmó el presbítero. La importancia de los educadores y de cada centro educativo católico, está cimentada en el ideal de nueva evangelización, capaz de transformar hombres y mujeres al servicio de Dios.