Reflexión | Nombramientos

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Columnista Semanario Fides, Portavoz C.E.H y arquidiócesis de Tegucigalpa

Hemos recibido esta semana la grata noticia del nombra- miento de un nuevo pastor para la Arquidiócesis de Tegucigalpa y el nombramiento, igualmente, de dos que ya eran obispos para que dirijan pastoralmente dos diócesis distintas a las que originalmente se les habían confiado. Mi primera reacción ante la noticia, fue la de agradecer a Dios por la labor inmensa realizada a lo largo de ya casi 30 años como arzobispo, por el señor cardenal don Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien seguirá siendo mi padre y mi modelo.

Dios nos bendijo a los sacerdotes de esta Arquidiócesis de Tegucigalpa con la gracia de crecer bajo el ejemplo, el amor y la fidelidad de este santo arzobispo. No podremos nunca pagarle todo el bien que nos hizo y nos seguirá haciendo. Al menos espero que podamos responderle con jamás traicionar los principios sobre los que nos formó. Era de esperarse, lamentablemente, que aquellos que se han visto a lo largo de los años amenazados ante la talla moral del ahora Administrador Apostólico de esta arquidiócesis, dedicasen estas últimas horas a burlarse del nombramiento de un nuevo arzobispo para Tegucigalpa.

Con ello, lo único que demuestran, no solo es que la ignorancia es atrevida sino que la ideología embrutece a las personas. Celebramos con profunda alegría la creación de una nueva Provincia Eclesiástica para nuestro país. A mi manera de ver, esto es un reconocimiento a la labor desempeñada por monseñor Ángel Garachana Pérez, quien de manera eminente ha conducido el destino de la ahora Arquidiócesis de San Pedro Sula.

No cabe duda, que tanto para monseñor Nácher, monseñor Lenihan y monseñor Teodoro, el reto es muy grande porque aunque cuentan con las cualidades suficientes para llevar adelante la pastoral de sus diócesis ahora asignadas, también es cierto que sustituyen a obispos de una calidad que ya comenzamos a extrañar. Por eso también mi ora- ción va dirigida a rogar al Espíritu Santo que les conceda a ellos, en sus nuevas misiones, igualar o más aún superar, el trabajo de sus predecesores.

También es claro que la voluntad del Santo Padre al elegir a estos nuevos hermanos para estas responsabilidades es darle un nuevo impulso a la pastoral orgánica y sinodal de nuestra iglesia hondureña. Por encima de cualquier cosa debe prevalecer el sentido pastoral que para eso se elige pastores, no funcionarios.

Es cierto que, estos nombramientos ocurren en el momento en el que como país estamos focalizados en la elección de una nueva Corte Suprema de Justicia y lamento grandemente que en algunos de los medios de comunicación del país, algunos de los señores políticos se hayan atrevido a decir que ellos van a elegir como políticos, pero comparándose con el actuar del cardenal o de algún pastor. la elección de la nueva Corte Suprema de Justicia claro que es política pero debe ser ética por encima de cualquier cosa. Nos corresponde orar y mucho, para que los elegidos se dejen guiar por Dios. De los obispos no me queda ni pizca de duda, de los electores de los magistrados, muchísima.

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