Cada 1 de enero, en la Eucaristía juvenil y vocacional que preside el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, se presenta a los muchachos que han sido aceptados para entrar al Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa. Para este 2023, se espera que ocho jóvenes comiencen sus estudios iniciando el año propedéutico.
Discernimiento
Para el padre Bernardino Lazo, formador en el Seminario Mayor, el año propedéutico es la primera etapa del proceso formativo. “Allí se sientan las bases fundamentales para el proceso de discernimiento, de jóvenes que han iniciado con profundas inquietudes vocaciones y que, allí las van a consolidar, a fundamentar, a profundizar hasta que puedan llegar a tomar una decisión, para iniciar la etapa discipular con la filosofía”, dijo.
Es una etapa de consolidación, de maduración, de fortalecimiento, a veces de aclaración de las inquietudes, afirma el presbítero, quien asevera que, en este proceso descubren si es o no, su vocación. Para Francisco Barahona, seminarista de la arquidiócesis, es indispensable y de mucha importancia porque en este proceso forjamos el carácter, valores, sentimientos que ayudan al seminarista para su configuración con el Señor. “En mi año introductorio descubrí que ahí se desarrollan la sensibilidad de los candidatos, se aprenden actitudes y aptitudes para que la formación presbiteral sea progresiva e integral”, puntualizó.
Formación
En este primer año, los jóvenes aprenden las herramientas básicas de español, filosofía, cultura general. Se busca también fortalecer los procesos de madurez afectiva y humana, en donde puedan desarrollar y conocer sus potencialidades para ser conscientes de ellas. Así mismo, se tiene una inducción en la vida del Seminario, en la vivencia de las cuatro dimensiones, espiritual, humano comunitaria, pastoral y la intelectual. Empiezan a vivir un ritmo espiritual, así como vivir las obligaciones en la casa, cumplir los horarios, ser parte de la vida comunitaria, entre otras cosas.
1 Acompañamiento
Los seminaristas necesitan ser acompañados personalmente por quienes han sido encargados de la formación. Tendrá como fin el discernimiento vocacional y la configuración como discípulo misionero.
2 Propedéutico
El objetivo del año propedéutico es asentar las bases sólidas para la vida espiritual y favorecer un mejor conocimiento del desarrollo personal. Para ello, se iniciará con la oración, la Palabra de Dios y la vida sacramental.
3 Disposiciones
Es conveniente que esta etapa se viva en una comunidad distinta a la del Seminario Mayor. Debe tener formadores propios y, realizar diversos estudios, según la realidad local, teniendo como centro el discernimiento.