La desolación dentro de la materia del discernimiento fue el tema de la catequesis llevada a cabo por el Papa Francisco en la Audiencia General de este día.
Definida como “escuridad del alma, turbación en ella”, el Santo Padre nos comunica la idea de la tristeza como un acercamiento al Señor, en el sentido que El toca nuestros corazones cuando sentimos la tristeza de haber cometido un pecado, lo cual a su vez nos inicia en el camino hacia la salvación.
Asismismo, nos llama a aprender a leer la tristeza como una especie de alarma, la cual nos alerta cuando estamos haciéndonos daño a nosotros mismos. Nos evita seguir el mismo camino malo que nos puede llevar a consecuencias muy graves. Junto a esto, la tristeza también sirve como una arma del tentador para desanimarnos y así caer en el pecado, el cual inicia muchas veces debido a una situación que nos causa dolor.
“Si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba” (Sir 2,1). Con este versículo el Papa nos explica como el seguir al Señor es un camino lleno de obstáculos, pero que en El podemos encontrar la fuerza y la firmeza necesarias para superarlos. Esto nos puede reforzar en el aspecto tanto humano como espiritual, ya que ningún obice que se nos presente es demasiado grande como para no poder superarlos de la mano del Señor.
