El estilo de vida que Dios desea para nosotros, es un proceso en el camino que se descubre según percibamos el llamado o mejor dicho la vocación. “Esta se da principalmente durante la juventud cuando se elige la opción de vida a la cual desea adaptarse”, nos indica Francia Díaz, quien formó parte brevemente de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús.
Valores
Siguiendo con las vocaciones primordiales, el Matrimonio se fundamenta en el respeto, amor, confianza y valores nos explica Elba Sánchez, feligrés de la comunidad Reina de la Paz de la colonia Arturo Quezada, quien lleva mucho tiempo fomentando el amor de este sacramento en su familia junto a su esposo Edgardo Ordóñez y sus hijos.
Santidad
Según la madre Iglesia, hay dos opciones de vida la consagrada o formando una familia, sin embargo, en algunos casos hay un estado temporal y otro permanente haciendo hincapié aun cuando no se tiene una pareja o un novio (a) nos recuerda, Fernando Ramos, fiel en la comunidad de Santa María Reina, agregando que “La vocación de la soltería se consagra en vivir en la santidad”.
Existe una vocación universal dentro de la Iglesia, este llamado que independientemente si hemos elegido una vida en matrimonio, como religioso o soltero, compartimos y tenemos el compromiso de responder. Dios quiere que seamos santos, decía San Pablo cuando escribía algunas de sus cartas. Ninguna es más importante, especial, o facilita el camino para vivir feliz y en santidad. Cada quien tiene un llamado y cada opción de vida implica retos, caídas, alegrías y compromiso.
1 Matrimonio
Nace en el seno de una familia, teniendo como ejemplo de vida al padre y a la madre. Ahí se aprenden las bases y fundamentos como cristianos.
2 Consagrados
El camino de discernimiento y preparación para una vida consagrada dura algunos años, sin embargo, el sí a Dios se da todos los días de la vida.
3 Sacerdocio
En cuanto a su ser, son consagrados y destinados para apacentar al pueblo de Dios, según el grado que cada uno desempeña en la persona de Cristo como cabeza.