La resurrección de Jesús nos invita a ser portadores de paz

Este es uno de los frutos del resucitado, que nos invita a ser propagadores de este don de Dios

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“Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” reza una de las bienaventuranzas en el Evangelio y que, con la resurrección del Señor, se planifica esa felicidad otorgada por Dios. Es importante recordar que la paz no es simplemente ausencia de guerra, ni siquiera un equilibrio estable entre fuerzas adversarias, señala el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y en el numeral 494 expone que “Se funda sobre una correcta concepción de la persona humana y requiere la edificación de un orden según la justicia y la caridad”.

Resurrección

Jesús ha vencido al mal y a la muerte y, como resultado, la paz que ofrece es consecuencia de una victoria. El padre Ovidio Rodríguez, párroco de la comunidad Divino Niño, nos recuerda las palabras de Jesús resucitado al decir que “La paz sea con ustedes, Él lo había dicho antes, la paz les dejo, mi paz les doy, no como la que da el mundo sino como la doy yo”. Con este saludo, Jesús va más allá de la cordialidad, cortesía o la sincera expresión de unos buenos deseos hacia sus discípulos. Con esta fórmula está revelando que su triunfo tiene también como beneficiarios a los hombres.

Prójimo

El sociólogo Armando Orellana, enfatiza que “Cultivamos la cultura de paz en la medida que no hacemos que el otro se sienta menos que nosotros, que no lo irrespetemos”. En relación a ello, David Rodríguez, integrante de la Renovación Carismática sostiene que, el Señor Jesús nos deja su paz para que la compartamos con los demás. “Que en medio de las incertidumbres que vivimos a diario, seamos portadores de paz. Hoy vemos en las noticias gente que prefiere quitarse la vida por que los consume la desesperación de no poder solucionar sus problemas”.

Santos Hernández, feligrés de esta arquidiócesis, explica que la paz es la base fundamental del desarrollo de toda sociedad. “Por eso debemos procurar siempre mantenerla. Como cristianos tenemos que orar mucho, leer las Sagradas Escrituras y aplicarlas a nuestra vida para que partiendo de allí llevemos la paz a las familias, en nuestra Iglesia, a nuestros lugares de trabajo, porque debemos de ser portadores de paz en la sociedad” detalló.

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