La Arquidiócesis de Tegucigalpa en buen paso para caminar juntos

El trabajo arquidiocesano en el sínodo, avanza con seguridad en cada una de las acciones pastorales de esta Iglesia particular

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En comunión con la Iglesia Universal, la Arquidiócesis de Tegucigalpa, puso en marcha una labor ardua para acoplarse a los lineamientos que la Secretaría General del Sínodo de los Obispos colocó al hacer un llamado extraordinario en 2021 para vivir una experiencia única que indique la forma de cómo caminar juntos. Ante esto, los esfuerzos para que esta porción de la Iglesia en Honduras esté a la altura, se siguen realizando a gran escala.

Pilares

El involucramiento de los laicos sumado a la labor de los consagrados, hace una nueva dinámica de trabajo, dejando de lado la percepción de que en un sínodo solo participan cardenales, obispos o invitados especiales, esta es la oportunidad de escuchar la voz de la Iglesia, así lo afirma la Hermana María Elena Díaz, Religiosa de Marilam, quien aduce que “Nos remite, por una parte, a conectar con nuestras raíces profundas de vida cristiana y también a aportar desde nuestra escucha atenta, al Espíritu a través de los aportes de nuestras hermanas y hermanos, al tipo de Iglesia que queremos para el tercer milenio”.

La hermana Díaz agrega que “las labores encomendadas a la comisión arquidiocesana, incluyen formar a los representantes de los decanatos para que a su vez ellos formen a los participantes de las parroquias para que ayuden en este proceso a sus hermanos”. La arquidiócesis está conformada en decanatos, parroquias, grupos y movimientos, lo que engaza muy bien con lo que la comisión pretende, que es difundir de manera masiva la espiritualidad a implementar y la motivación para que todos se involucren en la tarea.

Trabajo

El padre Víctor Ernesto Ruíz, párroco de la Comunidad Cristo Sumo y Eterno Sacerdote y encargado del equipo arquidiocesano para el sínodo, detalló que “Nos encontramos en la etapa diocesana, donde el caminar juntos desde nuestra escucha recíproca, desde la comunión y la fraternidad, nos pone en camino cierto y definitivo desde el seguimiento del Señor y desde la escucha de su enseñanza”.

Para el presbítero, esta etapa “es un ejercicio espiritual que nos hará desde el encuentro, la escucha recíproca y la contemplación de la naturaleza con amor recreativo, ser partícipes de un discernimiento con el cual podremos y sabremos responder a la vida en el tiempo, a la humanidad en sus necesidades y a la Iglesia como sacramento de Cristo”. Para la religiosa María Elena díaz, el trabajo como parte del sínodo no debe de verse paralelo a otras actividades ni como una carga pastoral. “Hay que vivenciarlo dentro de todo el caminar y conjuntarlo con las actividades que como pueblo de Dios estamos haciendo en la arquidiócesis y como Iglesia hondureña”, puntualizó.

Avances

Los trabajos en la Arquidiócesis de Tegucigalpa respecto al sínodo, van desde la socialización de los instrumentos o encuestas en los grupos, movimientos y parroquias, además de los aportes que se realizan desde el equipo arquidiocesano en las diferentes áreas eclesiales. Muestra de ello, fue la participación en la Asamblea Nacional de Pastoral en febrero del presente año, donde se ilustraron los desafíos a tomar y las enseñanzas que se pueden dar con base a lo avanzado. El padre Ruíz, expone que “la experiencia sinodal en la que hemos emprendido un camino juntos, puede ser el reflejo de la imagen del Evangelio que nos enseña el Señor Jesús, cuando se nos presenta como camino verdad y vida”, camino que Él mismo es, acompaña e inicia, porque ha caminado con la humanidad desde su encarnación y lo sigue haciendo con su Iglesia”.

Esta compenetración que se pretende con el Sínodo, es uno de los grandes objetivos para el mejor caminar eclesial. Otra enseñanza que se espera surja de esta experiencia, es la que menciona la hermana María Elena, al decir que “se nos invita también a renovar con entusiasmo nuestro compromiso misionero bautismal, a no quedarnos encerrados, sino a hacer de nuestra Iglesia una casa abierta donde todos tengan cabida, se sientan acogidos y en casa”. Aunque la etapa diocesana aún no concluye, los encargados del sínodo en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, hacen el llamado al compromiso de los líderes grupales y el acercamiento de todo fiel.

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