En la Navidad del 2021, la liturgia propone vivir casi de inmediato al nacimiento de Jesús la celebración de la Solemnidad de la Familia de Nazareth, momento que invita a resaltar el papel de María y José al resguardo de Jesús, acercando este ejemplo a lo que muchos núcleos de la sociedad viven y sobre todo a partir de la pandemia.
Similitud
Las situaciones adversas que muchas familias viven en la actualidad debido a la crisis sanitaria o económicas que dejaron sin recursos a muchas familias, se asemejan a lo vivido por la Sagrada Familia en sus inicios; estas realidades pueden impulsar a la observancia de María, José y Jesús, como un modelo claro para superar la tormenta. Para Eusebio Pérez, miembro del Movimiento Familiar Cristiano, “La familia de hoy tiene que escuchar a Dios, ser obediente como José y María, estar cerca de Dios mediante la oración, la Eucaristía, el diálogo, porque si no existen estas herramientas, difícilmente podemos imitar a la de Nazaret”. Pérez, quien tiene un gran recorrido acompañando a matrimonios y sus hijos afirma que, si esto se concreta, “seremos una familia unida, solidaria con otras y ayudaremos a la construcción del reino de Dios”.
Acompañamiento
Una de las lecciones que el presente año ha dejado, es la unidad familiar o incluso, la reconciliación del núcleo, así lo afirma Luis Sevilla, miembro de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, quien dice que “La pandemia nos han dado la oportunidad de vivir el valor de la oración en familia, la comunicación, la ayuda en los quehaceres domésticos y la solidaridad, compartiendo con los más necesitados los bienes materiales, el acompañamiento con la oración y la comunicación a través de mensajes o llamada telefónica, que les ayude a mantener la confianza y fe en Dios, así como, hacer más llevadera la situación particular que están pasando”. La Familia de Nazaret, se presenta como un perfecto modelo de superación, de acogida a la voluntad del Señor y cumplimiento de las misiones, detalles que cada familia debe asumir, luchando para ser más reflejo de Dios.