A finales del siglo III, en el año 281 nació en Siracusa, capital de Sicilia en Italia una niña a la que bautizan con el nombre de Lucía quien desde pequeña destaca por su fervor y piedad por los cristianos.
De acuerdo a las “Actas de Santa Lucía”, ella nació en el seno de una familia noble sus padres eran conversos al cristianismo y le dieron una educación en la fe, al morir su padre, Lucía pidió al Señor fortaleza para afrontar su inmenso dolor y se consagró a Él prometiendo, en secreto, virginidad perpetua y repartir la fortuna familiar entre los pobres.
Cada 13 de diciembre, la Iglesia celebra la fiesta de Santa Lucía (Lucía de Siracusa), “patrona de la vista” también conocida como la Virgen mártir de Siracusa quien fue acusada de ser cristiana y fue martirizada en el año 304 durante la persecución de Diocleciano , donde como castigo por proclamar a Cristo, le habrían arrancado los ojos y, sin embargo Dios le devolvió milagrosamente la vista.
En la Edad Media se invocaba su nombre contra las enfermedades de los ojos, esto reafirmó aquellos relatos en los que el tirano mandó a los guardias que le sacaran los ojos sin que ella perdiese la visión.
En 1894 fue descubierta una inscripción sepulcral en las catacumbas de Siracusa que llevaban el nombre de Santa Lucía, mártir del siglo IV.
Actualmente sus restos se veneran en su Iglesia de Venecia a la que acuden cada año miles de peregrinos.
Oración a Santa Lucia
Oh Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía,
universalmente reconocida por el pueblo cristiano
como especial y poderosa abogada de la vista,
llenos de confianza a ti acudimos;
pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana
y le demos el uso para la salvación de nuestra alma,
sin turbar jamás nuestra mente en espectáculos peligrosos.
Y que todo lo que ellos vean se convierta en saludable
y valioso motivo de amar cada día más a Nuestro Creador
y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión,
oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente
en la patria celestial. Amén.