Hoy celebramos la solemnidad del Corpus Christi, un día que nos recuerda que el centro y culmen de la vida cristiana es la Eucaristía. Es por ello, que Dios ha permitido los milagros eucarísticos, no porque sea necesario, pero lo hace para los no creyentes y para quienes han perdido la fe. Te presentamos cinco milagros eucarísticos que todo católico debe conocer:
1.-Lanciano, Italia (alrededor del año 700)
Este es el más célebre de los milagros eucarísticos. En el Siglo VIII, un sacerdote en Lanciano, Italia, estaba experimentando dudas acerca de la presencia real de Jesús en la Eucaristía. En medio de una Misa, mientras decía las palabras de la consagración vio cómo el pan se transformó en carne humana y la sangre se coaguló en cinco coágulos. Se puede visitar la carne y la sangre milagrosa en la Iglesia de San Francisco de Lanciano, Italia en la actualidad.
En 1970, quisieron verificar la autenticidad del milagro, aprovechándose del adelanto de la ciencia y de los medios que se disponía. El análisis científico de aquellas reliquias, que datan de trece siglos, fue confiado a un grupo de expertos. Con todo rigor, los profesores Odoardo Linoli, catedrático de Anatomía, Histología Patológica, Química y Microscopia clínica, y Ruggero Bertelli, de la Universidad de Siena efectuaron los análisis de laboratorio. He aquí los resultados: La carne es verdaderamente carne. La sangre es verdaderamente sangre. Ambos son sangre y carne humanas. La carne y la sangre son del mismo grupo sanguíneo (AB). La carne y la sangre pertenecen a una persona viva. El diagrama de esta sangre corresponde al de una sangre humana que fue extraída de un cuerpo humano ese mismo día. La carne está constituida por un tejido muscular del corazón (miocardio). La conservación de estas reliquias dejadas en estado natural durante siglos y expuestas a la acción de agentes físicos, atmosféricos y biológicos, es un fenómeno extraordinario.
Uno queda estupefacto ante tales conclusiones, que manifiestan de manera evidente y precisa la autenticidad de este milagro eucarístico. Otro detalle inexplicable: pesando las piedrecitas de sangre coaguladas, y todas son de tamaño diferente, cada una de éstas tiene exactamente el mismo peso que las cinco piedrecitas juntas.
2.- Siena, Italia (1730)
El milagro eucarístico permanente de Siena se manifiesta en la conservación contra toda ley física, química o biológica de 223 hostias frágiles, consagradas el 14 de agosto de 1730 en la Basílica de San Francisco de Siena y en la misma noche, sacrílegamente profanadas por ladrones desconocidos, ávidos del sagrado vaso de plata que las guardaba.
Gracias a la búsqueda realizada por las autoridades religiosas y civiles, las sagradas Partículas fueron encontradas, casualmente, la mañana del 17 de agosto en el vecino santuario de Santa María de Provenzano, donde los sacrílegos ladrones las habían echado dentro de una caja de limosnas. Caídas en medio del polvo, de las telarañas y del dinero de la caja, fueron recogidas, cuidadosamente examinadas y debidamente identificadas. Tributado un homenaje de adoración y reparación por el pueblo, con una solemne procesión, fueron llevadas a San Francisco, en una apoteosis de cantos y de oraciones.
Para satisfacer las demostraciones de fe y de amor por parte de los fieles que habían acompañado aquellas Partículas, los religiosos Menores conventuales no las consumieron. El tiempo pasaba, pero en ellas no se apreciaba ningún signo de alteración, como se hubiera podido esperar.
3.-Chirattakonam, India (2001)
El 28 de abril de 2001, hubo una adoración eucarística en la parroquia de Santa María en Chirattakonam, la India, cuando de repente tres manchas rojas se materializaron en la hostia consagrada. El sacerdote no supo qué hacer, así que solo atinó a colocar la hostia de nuevo en el tabernáculo. Unos días más tarde, y ya recuperado del asombro, el sacerdote volvió a revisar la hostia y las manchas rojas parecían dibujar el rostro de Jesús.
Fray Johnson Karoor, párroco de la iglesia donde sucedió el Milagro Eucarístico, cuenta en su informe: “el 28 de abril de 2001, en la iglesia parroquial de St. Mary di Chirattakonam, iniciamos la novena a San Judas Tadeo, como es costumbre todos los años. A las 8:49 de la mañana expuse el Santísimo Sacramento con la Custodia para iniciar la Adoración pública. Luego de algunos minutos vi que aparecían en la Santa Eucaristía como tres puntos. Dejé de rezar y comencé a mirar la Custodia, invitando también a los fieles a admirar esos tres puntos. Les pedí luego que permanecieron en oración y yo reservé la Custodia dentro del
tabernáculo. El 30 de abril celebré la Santa Misa y al día siguiente partí para Trivandrum. El
sábado por la mañana, un 5 de mayo de 2001, abrí la iglesia para las celebraciones; me preparé y fui a abrir el tabernáculo para ver qué había sucedido con la Eucaristía expuesta días atrás. Entonces, noté en ella la figura de un rostro humano. Sentí una gran emoción y pedí a los fieles que se arrodillaran y comenzaran a rezar. Pensé que el rostro lo veía sólo yo, entonces pregunté al monaguillo qué cosa veía en la Custodia. Él me respondió: “veo la figura de un hombre”. Noté que también los otros fieles miraban intensamente la Custodia.
Iniciamos la Adoración y la figura del hombre, poco a poco se hacía más nítida. No tuve las fuerzas de decir nada y comencé a llorar. Durante la Adoración teníamos la costumbre de leer una cita de la Sagrada Escritura. Tocó ese día el capítulo 20 del Evangelio de San Juan. Allí se narra el episodio de Jesús resucitado que aparece ante Tomás y le muestra sus heridas. Logré decir sólo pocas palabras en la homilía. Luego, siendo que tenía que celebrar Misa en la parroquia vecina de Kokkodu, hice que viniera lo más pronto posible un fotógrafo para sacar fotos a la Santa Eucaristía con el rostro humano. Luego de dos horas las fotos estaban ya reveladas. En cada foto aparecía el rostro siempre más nítido”.
4.- Sokólka, Polonia (2008)
Durante la misa del domingo 12 de octubre de 2008, en la iglesia parroquial de San Antonio en Sokolka, una hostia consagrada cayó de las manos de uno de los sacerdotes durante la distribución de la Comunión, al lado del altar.
El sacerdote interrumpió la distribución de la comunión y recogió la hostia, y, de acuerdo con las normas litúrgicas, la colocó en un pequeño recipiente con agua. Se esperaba que la hostia se disolviera en el agua, que luego se eliminaría adecuadamente.
Al final de la misa, a petición del párroco, el padre Stanislaw Gniedziejko, la sacristana de la parroquia, sor Julia Dubowska, vertió el agua y la hostia en otro recipiente.
Una semana después, el 19 de octubre, sor Julia notó un delicado aroma a pan sin levadura. Cuando abrió el recipiente, vio, en el centro de la forma, que todavía estaba en gran parte intacta, una mancha curvada y de color rojo brillante, como de sangre: una partícula viva de un cuerpo. El agua no estaba contaminada por el color.
Dos expertos, la profesora Maria Sobaniec-Lotowska, MD, y la profesora Stanislaw Sulkowski, MD, tomaron y analizaron de forma independiente una pieza de la hostia alterada para garantizar la credibilidad de los resultados.
Los resultados de ambos estudios independientes estuvieron en perfecto acuerdo. Llegaron a la conclusión de que la estructura del fragmento transformado de la hostia es idéntica a la del tejido miocárdico (corazón) de una persona viva que está a punto de morir.
Según la declaración de la profesora Maria Sobaniec-Lotowska, la estructura de las fibras musculares del corazón está profundamente entrelazada con la del pan, de una manera imposible de lograr con medios humanos.
5.-Tixtla, México (2006)
El 21 de octubre de 2006, durante un retiro parroquial, una hostia consagrada que estaba a punto de ser distribuida derramó una sustancia rojiza. El obispo del lugar, el Reverendísimo Alejo Zavala Castro, convocó a una comisión de investigación teológica para determinar si era un engaño o un verdadero milagro.
En octubre de 2009, invitó al Dr. Ricardo Castañón Gómez a realizar una investigación con un equipo de científicos y verificar la naturaleza milagrosa del hecho. El Dr. Gómez había terminado recientemente su investigación sobre el milagro que ocurrió en Buenos Aires.
La investigación científica realizada entre octubre de 2009 y octubre de 2012 publicó la siguiente declaración: La sustancia rojiza analizada corresponde a la sangre en la que hay hemoglobina y ADN de origen humano. Dos estudios realizados por eminentes expertos forenses con diferentes metodologías han demostrado quela sustancia se origina en el interior, excluyendo la hipótesis de que alguien podría haberla colocado desde el exterior.
El tipo de sangre es AB, similar al que se encuentra en la Hostia de Lanciano y en la Sábana Santa de Turín. Un análisis microscópico de aumento y penetración revela que la parte superior de la sangre se ha coagulado desde octubre de 2006. Además, las capas internas subyacentes revelan, en febrero de 2010, la presencia de sangre fresca. El evento no tiene una explicación natural.