1. Tiene un origen pagano
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para pedirle al dios sol que regresara con su luz y calor.
Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas y les enseñaron que debían aprovechar esta Corona de Adviento como medio para esperar a Cristo, celebrar su natividad y rogarle que infunda su luz en sus almas.
2. Su forma circular es signo del amor de Dios
El círculo es una figura geométrica que no tiene ni principio ni fin. La Corona de Adviento recuerda que Dios tampoco tiene principio ni fin, por lo que refleja su unidad y eternidad. Es señal del amor que se debe tener hacia el Señor y al prójimo, que debe renovarse constantemente y nunca detenerse.
3. Las ramas verdes representan al Cristo vivo
El color verde representa la esperanza y la vida. En la corona de adviento nos recuerda que Cristo está vivo entre nosotros y la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante Adviento.
El anhelo más importante debe ser el llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre, así como el árbol y sus ramas.
4. Las cuatro velas representan cada domingo de Adviento
Las cuatro velas de la Corona de Adviento se van prendiendo semana a semana, en los cuatro domingos de adviento y con una oración especial.
Las velas permiten reflexionar la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo, como las velas de la Corona.
Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se van iluminando cada vez más con la cercana llegada de Cristo al mundo.