Sor Faustina Kowalska, nos enseña que el hogar es la escuela de confianza en Dios y misericordia hacia los demás. Es por lo que, desde las familias se debe de fomentar el perdón y la paz. La misericordia de Dios debe de ser la que inspire esto.
Dificultades
Azucena de Jesús Pavón es una laica comprometida que, comprende que, en toda la familia, se están dando muchos problemas difíciles, “Sobre todo en la sociedad hondureña, principalmente porque nos debemos preocupar por nosotros ver. Claro que sí, claro que sí, bastante hace falta. Nosotros, principalmente los adultos mayores, lo que ya tenemos familia, tenemos que enseñarles a nuestros hijos los valores, principalmente valores morales, espirituales y personales también”.
Confianza
El Padre de Delio Josué Aceituno, de la Parroquia Medalla Milagrosa, colonia Edilberto Solano, el sector López Arellano de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, afirma que “Si nosotros no ponemos en práctica en la familia la misericordia, prácticamente estamos sacando el amor de Dios de la familia. Por ende, los papás, las mamás, incluso los mismos hijos, deben de aprender a poner en práctica la misericordia de Dios en la familia, porque es la gracia de Dios manifestada en el don más grande y bello que Dios ha dado a la humanidad, que es la familia”.
Dios es realmente “Amor y Misericordia”. Si es así, Él es el Señor de la vida, de la familia, no prometió que sería fácil, pero aseguró que estará presente hasta el fin del mundo y sus heridas son una prueba irrefutable de su amor por el mundo. Todas las familias necesitan de misericordia, pasan por necesidades materiales y espirituales. Es nuestra misión acompañar a los más frágiles, a los carentes de amor y devolverles la esperanza. Nuestra cercanía y afecto debe ser el medio para que se acerquen a Dios y lo invoquen con plena confianza.
REALIDAD FAMILIAR DE SOR FAUSTINA KOWALSKA
Según diversos historiadores, hubo un cordial ambiente familiar en el hogar de la familia Kowalska, es decir, amor, cuidado mutuo y, lo que es sumamente importante, una “imaginación de misericordia”. No hicieron de las condiciones miserables en las que vivían el centro de sus vidas. Tomaron esta difícil realidad por lo que era y trataron de verla con los ojos de Dios. Ellos no se quejaron. El hecho de estar bajo ocupación rusa no dominó sus temas familiares. Pusieron toda su esperanza en Dios.