San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, se tu nuestro amparo contra las perversidades y acechanzas del demonio, al cual te pedimos, oh Dios, que lo reprendas y lo mantengas bajo su imperio. Y tu príncipe de la milicia celestial, Con el divino poder que Dios te ha concedido, arroja al infierno a satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo buscando la perdición de las almas, Amén”, reza la antigua oración instituida por el Papa León XIII para toda la Iglesia. El Pontífice la estableció para que se rezara después de la Misa y se recitó hasta el Concilio Vaticano II, cuando dejó de ser obligatoria. En ella, está la esencia de lo que piden los feligreses, en especial los de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, quienes tienen al Príncipe de las Milicias Celestiales como santo patrón.
Devoción
Tegucigalpa está bajo el amparo de este “Mensajero del Señor” y muchos feligreses se encomiendan bajo su resguardo con la confianza de que serán fortalecidos en la lucha. Pero no se busca a este Arcángel solo por su protección, ya que una de las primeras peculiaridades es que también es fiel. San Miguel Arcángel es un testimonio claro de fidelidad a Dios que todo devoto puede tomar para hacerlo propio. Su nombre significa “Quién como Dios, nadie como Dios”, lo que invita a darle el honor al Padre.
Cuidado
Otro ejemplo de ellos es como nuestros presbíteros, ya que ellos, al igual que San Miguel, están a cargo del resguardo de las almas. Uno de los sacerdotes devotos de este Arcángel en la Arquidiócesis, es el Padre Ramón Maradiaga, Párroco de la comunidad Santa María de la Esperanza en el Valle de Amarateca. La Parroquia de origen de este presbítero, justamente es la Catedral Metropolitana, que está bajo la guía espiritual de este Arcángel. Bajo su mirada, se fue forjando esta devoción y la espinita vocacional. El Padre Maradiaga, recuerda que “San Miguel es el mensajero de Dios que, en el combate espiritual de las almas, nos ayuda a vencer al mal”.
Fortaleza
San Miguel no solo ayuda a los feligreses en la acción pastoral que realizan, sino también cuando ellos mismos tienen un combate espiritual en sus vidas. Así lo ratifica el Carlos Armando Fernández, feligrés de la Catedral Metropolitana, quien asegura “Cuando me siento combatido espiritualmente, acudo a San Miguel Arcángel, junto con el Santo Rosario”. Un testimonio parecido tiene Alejandra Discua, ya que menciona que “Siempre lo invocó en los momentos difíciles de mi vida y siempre ruego a Dios, a través de la intercesión de mi Arcángel, pidiéndole que no me abandone en la dificultad, ya que él como Príncipe de Paz, es quien permanece a mi lado para ser una persona llena de paz”.
Mediador
Los capitalinos acuden a su Santo Patrón, no solo para pedir por sus vidas, sino también la de sus familias, compañeros de trabajo y demás personas que los rodean. Con su nombre ya lo dice todo, “Quién como Dios, solamente Dios”, él puede ayudar a salir adelante en medio de las realidades nacionales.
San Miguel es protector de almas y vocaciones
Estar bajo la guía del patrón de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, es tan importante para sus feligreses, pero en especial por los sacerdotes, porque les ayuda a guiar mejor las almas que Dios les ha encomendado. El Padre Avilio Zambrano, sacerdote que se prepara estudiando en el extranjero, asegura que una de las principales peticiones que hay que hacerle es que “Siempre custodie nuestra Iglesia arquidiocesana, a los fieles de la capital y, sobre todo, para nosotros los sacerdotes nos sintamos protegidos por su intercesión”. De igual forma, el Padre Luis Enrique Gutiérrez, Párroco de la comunidad Santa María Reina, ha estado en contacto con San Miguel a través de la colaboración que realiza en la Catedral durante muchos años.