Nuestra amada Iglesia Católica se prepara para un evento sin precedentes, los “Catholic Music Awards” un proyecto que busca acercar a los fieles, especialmente a los jóvenes, a través de la música. Esta iniciativa cuenta con el respaldo de la Fundación Ramón Pané y el Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, impulsados por S.E. Óscar Andrés Cardenal Rodríguez Maradiaga Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Tegucigalpa y presidente de la Fundación Ramón Pané.
Durante la presentación oficial de los premios, el 27 de septiembre de 2024, en el Vaticano, el cardenal Rodríguez expresó su entusiasmo por lo que denominó estos premios musicales, como “los Grammys de la Iglesia” asimismo, el cardenal explicó que la música es un lenguaje universal, especialmente para los jóvenes, y una herramienta poderosa para evangelizar en el contexto globalizado de hoy. “La música puede unir a los jóvenes de todo el mundo en la búsqueda de paz, justicia y amor verdadero”, afirmó.
El cardenal, quien es conocido por su amor a la música y su formación en canto gregoriano, ha sido un ferviente defensor de que la Iglesia asuma su papel como promotora de todas las artes, en especial de la música. Durante su formación religiosa en los Salesianos, recibió una sólida instrucción musical que, a lo largo de los años, ha transmitido a otros. “Cualquier antífona o canto gregoriano es una oración preciosa”, señaló, recordando cómo la música ha jugado un papel vital en su vida espiritual y ministerial.
La Fundación Ramón Pané, presidida también por el cardenal Óscar Andrés, es una de las principales promotoras de estos premios, que tendrán lugar en julio de 2025 en Roma, coincidiendo con el Jubileo de los Jóvenes y el Festival de Influencers. Este evento no solo busca reconocer el talento de los artistas católicos, sino también ofrecer una plataforma para que la música religiosa gane visibilidad a nivel mundial.
El Cardenal Rodríguez, comprometido con las causas juveniles, destacó que estos premios responden a un deseo profundo de muchos jóvenes que anhelan expresar su fe a través de la música, pero que hasta ahora no habían encontrado el apoyo necesario dentro de la Iglesia. “Es una oportunidad para que la Iglesia evolucione y se coloque como patrona de las artes”, señaló.
