Los “santos de la puerta de al lado” es un término que utiliza el Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate para referirse a las personas comunes y corrientes que viven la santidad en su vida diaria. No se trata de figuras extraordinarias, sino de aquellos que, en silencio y humildad, reflejan el amor de Dios en sus acciones cotidianas.
¿Quiénes son estos santos?
- Familiares y vecinos que nos inspiran
El Papa los describe como personas cercanas, que tal vez conocemos bien:
“Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: en los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en los hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo.” (GE, 7). - Gente sencilla que hace el bien en su entorno
Son aquellos que, sin buscar reconocimiento, ayudan a los demás, cumplen sus responsabilidades con amor y dedican su vida a las pequeñas cosas con fe. - Ejemplos en situaciones difíciles
Los “santos de la puerta de al lado” son también quienes viven con alegría y esperanza a pesar de las dificultades. Reflejan la presencia de Dios en el sufrimiento, la pobreza o el trabajo arduo.
¿Por qué son importantes?
El Papa Francisco resalta que estos santos son un testimonio vivo de que la santidad es alcanzable para todos:
“Podemos pensar también en todas esas personas que, viviendo cerca de nosotros, son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, son el ‘clase media de la santidad’.” (GE, 7).
Son un recordatorio de que la santidad no es algo inalcanzable ni reservado a unos pocos elegidos, sino una vocación a la que todos hemos sido llamados y que, se puede vivir con sencillez y amor en lo cotidiano.