En un mundo donde la desinformación y las medias verdades pueden prevalecer, es fundamental fomentar valores esenciales como la honestidad entre nuestros jóvenes. La falta de sinceridad no solo afecta las relaciones personales, sino que también impacta en el desarrollo de una sociedad más justa y solidaria.
Verdad La Sagradas Escrituras resaltan la importancia de la honestidad como un valor fundamental en nuestras vidas. Éxodo 20, 16 nos dice que “No darás falso testimonio contra tu prójimo”, este principio nos invita a actuar con integridad y a ser sinceros en nuestras acciones. Además, en Efesios 4, 24 se nos enseña como podemos ser personas de bien y sinceras de corazón, “Los discípulos de Cristo se han “revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad”. El Padre Santos Pablo Vásquez, párroco de la comunidad San Martín de Porres expresa como educar a los jóvenes para que hablen desde la verdad: “A los jóvenes, para educarlos en la honestidad y la verdad, yo considero que el primer camino es la formación en la fe, enseñar que la honestidad y la verdad son virtudes centrales de nuestra vida cristiana y que el mismo Señor Jesucristo a lo largo de su vida pues las predicó y las enseñó como el fundamento y la razón de ser del cristiano, por eso en el Evangelio de Juan Él dice yo soy el camino a la verdad y la vida. Seguir a Jesús implica y significa observar la verdad. El segundo aspecto es la educación, la formación de la conciencia, ayudar a que los jóvenes tengan una conciencia recta capaz de discernir entre el bien y el mal, entre lo que es correcto y lo que es incorrecto”.
Honestidad
Faltar a la honestidad nos lleva a romper los lazos de amistad establecidos, en la Iglesia, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el que nos desenvolvemos. El Padre Santos Pablo se refiere a otro aspecto importante en cómo ayudar a los jóvenes para poder hablar con la verdad y afrontar los problemas, “dialogar siempre abiertamente con la verdad. Ser seguros de expresar sus dudas, pensamientos, emociones, en ser juzgados, señalados, condenados, sino que, al contrario, ayudados para encontrar la mejor respuesta posible que les permita ser auténticos consigo mismo y con relación a los demás. Y por último desafiar la influencia cultural o la influencia de las culturas que hoy justifican la mentira, el engaño, verdad, por conveniencia, por facilidad, por no enfrentar la responsabilidad de las acciones que cometemos”.
Madeline Gómez
Feligrés
“Cuesta ver nuestros errores, duele que los demás nos digan en que fallamos y nos molestamos. Pero cuando tenemos a Dios en nuestro corazón, miramos esas verdades, las afrontamos y pedimos la sabiduría poder solucionar”
Santos Pablo Vásquez
Sacerdote
“Importante identificar cuáles son estas influencias culturales, luchar contra ellas y animarnos a vivir, o a vivir a los jóvenes en principios sólidos de su fe cristiana y su valor auténtico como personas”
Saúl Andrés Ramírez Sosa
-Coordinador Pastoral Juvenil Suyapa
“La falta de valentía es, en efecto, lo que nos corrompe. Enfrentar nuestros temores nos vuelve vulnerables, pero es en esa vulnerabilidad donde reside la verdadera fortaleza. Vivimos en una sociedad que muchas veces premia lo superficial y lo inmediato”