La Biblia, siendo la Palabra de Dios, es una guía fundamental para la vida cristiana. Sin embargo, la interpretación de sus textos no debe tomarse a la ligera, ya que las consecuencias de una lectura incorrecta pueden llevar a desviaciones graves en la fe y la práctica. Cada vez más, en distintos ámbitos, se observa cómo algunas personas ajustan el mensaje bíblico a sus propias conveniencias, lo que puede resultar perjudicial para el crecimiento espiritual y la comprensión correcta de la voluntad de Dios.
Contexto
El Padre Carlos Rubio, Vicerrector del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa (SMNSS), insiste en la necesidad de un acercamiento cuidadoso y respetuoso hacia la Sagrada Escritura. Explica que, “hay que tener en cuenta el contexto histórico, profético, poético, de los géneros literarios, y conviene además interpretar e investigar el sentido que intentó expresar y expresó el escritor”.
El Padre Rubio menciona la importancia de leer la Biblia con el mismo espíritu con que fue escrita, según el Concilio Vaticano II en la constitución dogmática Dei Verbum (DV), específicamente en el numeral 12. “La Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo espíritu con que se escribió”, resalta, añadiendo que para obtener el sentido exacto de los textos sagrados es vital prestar atención no solo al contenido, sino también a la unidad de toda la Escritura.
Advertencia
Un error común es interpretar la Biblia de manera antojadiza, el Padre Rubio nos advierte sobre este riesgo: “Deuteronomio 4, 2 nos advierte que no podemos añadir ni disminuir nada de la palabra de Dios”. Esto, acompañado de la advertencia de Gálatas 1, 8, que condena cualquier alteración del Evangelio original, enfatiza la necesidad de fidelidad en la interpretación bíblica. Es el libro de la vida, la revelación de la voluntad de Dios. “Si añadimos o quitamos algo de la palabra, nos convertimos en anatema”, afirma el Padre Rubio.
Este llamado a la seriedad en la interpretación bíblica es compartido también por el predicador católico Sergio Paz, quien subraya las consecuencias de una interpretación personal desvinculada de la autoridad de la Iglesia. “Los hermanos separados dicen que basta la libre interpretación de la Biblia, que uno, por sí mismo, con la ayuda del Espíritu Santo, puede entenderla. Pero esta concepción ha dado origen a miles de sectas”, explica.
Magisterio
Para Paz, la Iglesia Católica, fundada por Cristo sobre Pedro, es la única garante de la sana enseñanza de la fe, ya que posee la autoridad para interpretar correctamente la Sagrada Escritura. “La tradición apostólica se ha transmitido al Papa y a los obispos, sucesores de los apóstoles”, enfatiza, recordando que la interpretación fiel de la Escritura está en manos del Magisterio de la Iglesia. Este enfoque de respeto y obediencia a la enseñanza de la Iglesia en la interpretación bíblica se refuerza con las palabras del Padre Bairon Cárcamo, párroco de la Pa- rroquia San José de Cedros.
En el contexto del mes de la Biblia, el presbítero invita a los fieles a profundizar en la Palabra de Dios a través de la lectio divina y otras formas de oración con la Escritura. No obstante, advierte que “El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo y el Nuevo Testamento en griego”, recuerda el sacerdote, sugiriendo que la comprensión de los idiomas originales puede ayudar a evitar interpretaciones equivocadas. El Padre Cárcamo también enfatiza que no podemos tomar solo partes de la Escritura para ajustarlas a nuestra vida diaria. “Si la Palabra del Señor nos dice la verdad, hay que aceptarla, aunque implique corrección”, sostiene.
Encuentro
“La Palabra de Dios ya existía antes, y cuando se hizo carne en Jesús, habitó entre nosotros”, declara el Padre Cárcamo, destacando que al leer la Biblia, no solo obtenemos conocimiento, sino que estamos en contacto directo con Dios.
1 Oración
La oración es esencial al interpretar la Biblia, ya que nos conecta con Dios y nos ayuda a recibir la sabiduría del Espíritu Santo. Pedir guía divina permite una comprensión más profunda y correcta del mensaje de las Escrituras.
2 Estudio
El estudio minucioso de las Escrituras es clave para una interpretación precisa. Investigar el trasfondo histórico, lingüístico y teológico de los textos enriquece nuestra comprensión y nos protege de malentendidos y errores.
3 Magisterio
Consultar el Magisterio de la Iglesia proporciona una orientación segura para interpretar la Biblia. La enseñanza de la Iglesia asegura una alineación con la tradición y la doctrina auténtica, evitando interpretaciones erróneas.
CONCILIO DE TRENTO
La Iglesia, considera que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo, escrita por autores humanos bajo esa inspiración. Un dato significativo es que el Magisterio de la Iglesia Católica, a través del Concilio de Trento (1545-1563), definió el canon de las Escrituras, incluyendo 73 libros en total, que abarcan tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Este canon incluye libros deuterocanónicos, que no están presentes en otras denominaciones. La Iglesia enseña que la interpretación de la Biblia debe realizarse en el contexto de la Tradición y el Magisterio, asegurando una comprensión fiel y coherente con la doctrina cristiana.
