Durante 12 días, más de 19.000 delegados de todas partes del mundo se encuentran congregados en Cali, Colombia, con el objetivo de comprometerse en la conservación de la diversidad biológica. Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de esta ciudad ha sido el anfitrión para dar la bienvenida a las delegaciones eclesiales que hacen presencia en este espacio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, conocida como la COP16. La Iglesia Católica de Colombia se ha venido preparando desde diversos campos para hacer presencia en la COP16; así también se refirió al tema de las negociaciones que aquí se vayan ir gestando; por último, hizo un llamado a la esperanza, recordando que todos somos responsables de asumir un compromiso por el cuidado de la casa común.
Sinodalidad El prelado expresó que la Iglesia colombiana y universal lleva meses preparándose para este acontecimiento, trabajo que ha realizado de manera sinodal con varias organizaciones de la Iglesia entre ellas la Nunciatura Apostólica, el Celam, la Repam, Conferencia Episcopal de Colombia, la Arquidiócesis de Cali, entre otras. Una tarea que ha dicho recoge iniciativas, propuestas y actividades de índole testimonial y académico. Esta labor indicó, se ha desarrollado atendiendo también las sugerencias recibidas de otras iglesias hermanas, desde una perspectiva ecuménica, aludiendo que tiene que ser así pues “todos somos responsables de la creación”. “De esta manera han sido muchas las incitativas para realizar una programación en detalle que inició el martes 22 para terminar el domingo 27 con una gran eucaristía donde vamos a orar por la creación, vamos a orar para que todos tomemos consciencia de la responsabilidad que tenemos en el cuidado de la Casa Común”, expuso.
Acciones El arzobispo indicó que en las reuniones donde han sido invitados para hablar de la preparación de evento de la COP16, la Iglesia ha sido muy enfática en expresar que esta Asamblea no puede quedar simplemente en “declaraciones de buena voluntad”, sino que es una invitación de todas las entidades públicas y privadas al relanzamiento de las buenas prácticas que den como “fruto maduro” el compromiso real de cuidar la creación. Monseñor Rodríguez pidió a todos los agentes de la Iglesia intensificar las iniciativas pastorales que promuevan, entre otras cosas, el cuidado del medio ambiente y la protección de la biodiversidad. Concluyó, diciendo que la COP16 tiene que ser un bálsamo en medio de las dificultades y los problemas que se tienen, “cómo no pensar que hay futuro y que ese futuro está en nuestras manos. Estamos seguros de que hay esperanza, por eso la Iglesia de Colombia hoy ratifica su compromiso con el futuro, cuidando la Casa Común, porque sabemos que esa casa es creada por Dios y él lo hizo todo bello. Asumamos con alegría este compromiso”.
Pero hizo énfasis de manera especial, en el ámbito académico, donde resaltó la responsabilidad que tienen las instituciones educativas de colegios y universidades católicas para que se impuse una reflexión y compromiso real de los docentes y estudiantes en el cuidado y respeto de la biodiversidad, generando propuestas reales y viables que puedan germinar y dar semilla en las nuevas generaciones.
Se debe recuperar la esperanza Por otra parte, hizo presente los momentos difíciles que vive la humanidad, por cuenta de las guerras, actos terroristas, quema irresponsable de los bosques, minería ilegal entre otros, observando con ello, el daño gigante que se está haciendo a toda la creación y generando además mucha desesperanza porque -agregó- “uno creería que estamos en un túnel sin salida”. En este sentido dijo que la COP16 tiene que ser la ocasión para recuperar la esperanza, con todo y lo que la naturaleza ofrece, sus paisajes vivos, la flora, la fauna, el agua y las montañas. Resaltando de esta forma que el origen de estos bellos paisajes tiene su nacimiento en la tierra del pacífico y en gran parte de los territorios de Colombia.