Siempre escuchamos en nuestras parroquias frases como “La Misa se siente aburrida sin cantos” o “Hace falta la música para vivirla mejor”. Esto, en parte, sabemos que no es del todo cierto, ya que el sacrificio en el Altar, se da, este o no presente un coro o ministerio musical, pero se ha vuelto también, un servicio que cada día se va implementando y mejorando en las comunidades de todo el país.
El problema, es que, en muchas ocasiones, se “canta” en las celebraciones y la feligresía, por no conocer los cantos, no participa activamente y esto no debería ser así, ya que el coro como tal, es también parte de los asistentes a la Misa.
Recomendaciones
El cantautor católico de origen salvadoreño, Mateo Guzmán, reafirma lo anterior al decir que “El coro en la Eucaristía, no es un elemento aparte de la asamblea como tal, sino que forma parte de la misma, y es por ello que tienen el papel de guiarla en el canto”. Guzmán asevera que “el coro no es protagonista en ningún momento, es quien toma la batuta para ayudarle a la feligresía a alabar al Señor, a pedirle perdón a través del canto, a comulgar y estar en un momento de oración con cantos que nos hable de la Palabra de Dios”. El mismo Guzmán sugiere que el coro pueda estar siempre temprano, ya que puede empezar a ensayar un canto a la vez.
Adecuar
Josué Coello, director del Coro Santa Cecilia de la Parroquia El Salvador del Mundo, señala que no todos los cantos son propios para la Misa. “Algunos pueden ser bonitos, pero muchos de estos no han sido escritos o compuestos para la Misa, o quizás muchos de ellos ni siquiera tienen algo que ver con las lecturas que se han proclamado”. Coello asegura que ellos, como coro en la sede parroquial, tratan de leer siempre el Evangelio del domingo para así poder escoger los cantos propios para una celebración. “Recordemos que hay cantos fijos como el Aleluya, las aclamaciones o por ejemplo el Cordero o el Santo que no varían en letra, solo en música, ya que eso es lo que nos dice la liturgia”, acotó.
Patrona
El papa Gregorio XIII nombró a Santa Cecilia patrona de los músicos en 1594. La elección se debió a que la santa mostró una gran atracción por los acordes melodiosos de los instrumentos, y su espíritu apasionado por la música convirtió su nombre en un símbolo de la misma. Santa Cecilia es venerada en la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. Su festividad se celebra el 22 de noviembre.