Editorial | Nuestra voz | ¡San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha!

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Estamos celebrando la fundación de Tegucigalpa un 29 de septiembre de 1578, como un pequeño pueblito de mineros, situado en el centro del territorio hondureño que fue llamado “Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa” y que fue puesta bajo la protección de San Miguel Arcángel como su patrono y protector. Han pasado 446 años de esa histórica fecha y aun ahora sus habitantes siguen con la devoción y la invocación a San Miguel Arcángel a pesar de haberse convertido en la ciudad más poblada del país y en el centro político, económico y social como capital de Honduras.

Una vez más, la ciudad se prepara para celebrar con sana alegría ese acontecimiento y para pedir a San Miguel, su intercesión para ser más cercanos a Jesús el Señor; sin olvidar las circunstancias que rodean a su población.

En tiempos de crisis como el que actualmente vive Honduras, en donde hay distintas expresiones de violencia y que sobrepasan la capacidad de respuesta del Estado, a pesar de los distintos esfuerzos de política pública por desmantelar el control territorial y la presión permanente que ejercen sobre la población en varias zonas del país; ha llegado el momento de invocar a San Miguel Arcángel como protector contra el mal y la negatividad, tanto física como espiritual, de pedir su poderosa intercesión y su ayuda para vencer las tentaciones, los miedos, las dudas, las angustias, a los enemigos y encontrar los caminos más idóneos para crear lazos entre hermanos, en donde la pluralidad sea una riqueza y no un motivo de división.

La situación que se vive a lo largo y ancho del país no es alentadora, se sufre de altísimos niveles de desigualdad y lugares desgarrados por la violencia que impide alcanzar tasas de crecimiento más altas que permita generar empleos, poner fin a la pobreza y reducir la desigualdad. Sin embargo, hoy es un día para agradecer a Dios, por medio de San Miguel, los bienes recibidos; así, por ejemplo, hemos recibido de la fe cristiana traída por los españoles : bienes culturales y sociales tan importantes como el respeto a la dignidad de la persona humana, la noción de la igualdad entre el hombre y la mujer, la célula familiar; que ha sido y sigue siendo el eje de nuestra cultura y de nuestra vida social y personal, el valor de la autoridad como el servicio a un pueblo libre, el reconocimiento de la justicia y de la misericordia como normas supremas de convivencia.

Este es el momento de disponernos espiritualmente y acercarnos a San Miguel Arcángel para conservar, con fidelidad y buen criterio, este capital espiritual en unas nuevas circunstancias y rezar la oración que le compuso el papa León XIII: San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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