Dos nuevos diáconos al servicio de la Iglesia en Tegucigalpa

Serán ordenados el próximo nueve de noviembre en la parroquia Inmaculada Concepción de Cantarranas, Francisco Morazán

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El Papa Francisco llama habitualmente a los diáconos los “guardianes del servicio en la Iglesia”, una llamada a no entrar en disputas por el poder, por la codicia de tener, perseverando en el servicio a través de nuestro servicio en la Caridad, la Palabra y la Liturgia. Los diáconos son clave para una “Iglesia misionera sinodal”. Hoy en día, llevan a cabo un ministerio de servicio en las iglesias locales que a menudo implica ayudar en la Eucaristía, proclamar el Evangelio, predicar, bautizar, testificar y bendecir matrimonios y visitar a los enfermos.

Ritos

Carlos Fernando López y Leonardo Ascencio recibirán el Sacramento del Orden en el grado de diáconos por imposición de manos y oración consecratoria de Monseñor José Vicente Nácher, sexto Arzobispo de Tegucigalpa. Han elegido la parroquia Inmaculada Concepción de María del municipio de Cantarranas, Francisco Morazán, comunidad de la cual Carlos es oriundo para ser la sede de este sacramento. El día que se ha elegido, la Iglesia recuerda la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral del Papa en Roma. En los ritos para este Sacramento, destaca la entrega del Evangeliario, recordándoles que, tendrán como misión, la predicación de la buena noticia de salvación al mundo entero. Vestirán a partir de este momento con la estola cruzada, símbolo de sacrificio y generosidad en el servicio de la comunidad. De igual manera, usarán la Dalmática, una túnica con mangas anchas que llega hasta las rodillas. Está cerrada delante, y está abierta por los costados hasta el hombro y es considerada una vestimenta festiva, y símbolo de alegría.

Vocación

Leonardo, es originario de El Salvador y el comenta que, de pequeño “siempre recuerdo la figura de un sacerdote amigo de mí papá quién sembró en mí corazón una cercanía y devoción a la Virgen María. Mi llamado vocacional surge en un retiro cuando servía en un grupo juvenil del Oratorio San José en San Miguel, El Salvador cuando después de haberme confesado el sacerdote me preguntó: ¿No has pensado en ser un sacerdote?” Leo confiesa que esa pregunta despertó en él una llamada qué estaba en su interior y fue haciéndose más presente.

“Está llamada como recuerda el profeta Jeremías pudo más en mi interior qué cualquier otro plan qué yo tuviera en mente a tal grado que yo estuve dispuesto a dejar todo por seguir a Jesús. Esté camino a través de la misión me ha ayudado a servir en periodos cortos en otros países confirmando a un más el llamado de Dios en mí camino sacerdotal” detalló. Hoy llega un paso más en el camino al servicio al pueblo de Dios en la Arquidiócesis de Tegucigalpa en el diaconado transitorio, que ha significado para él, un llamado de Dios irrevocable y “cuando él llama no hay poder humano que pueda contra él, pero esto conlleva una donación generosa de la vida entregada a Jesús en la caridad diocesana” dijo. Seguir el camino trasado en un mundo herido y lastimado por el pecado en dónde Dios nos envía a sanar y vendar a los que sufren y a traer a Jesús a los alejados puesto que también ellos son llamados a la redención sabernos qué estamos en el mundo mostrando el rostro de Cristo, explicó.

Gratitud

Carlos Fernando actualmente vive su año de pastoral en la parroquia San Francisco de Asís de Reitoca. Para él, dar este paso significa decirle sí a la historia que Dios quiere escribir en su vida. Uno de los testimonios que más me impactó al inicio de su historia vocacional es el de Monseñor Romero, su historia y su martirio fue inspiración para él. “Será uno de los días más importante de mi vida. Siento una gratitud inmensa por todas las personas que han hecho que este camino sea más especial y significativo, sacerdotes, amigos y mi familia que me ha apoyado desde el inicio”. Asimismo, agradece a la Parroquia en la que actualmente está sirviendo, “Es una fiesta de la Iglesia, agradezco a todas las personas de Cantarranas que están preparando todo para ese día, sobre todo para el Padre Walmer, quien es un gran hermano”. Al conocer de su vida, detalla que, “me gusta el deporte, me gusta el fútbol, volibol y soy apasionado por el ajedrez. También disfruto mucho realizando trabajos de multimedia”.

LOS DIÁCONOS EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS

En el capítulo sexto del libro de los Hechos de los Apóstoles se describe la institución del diaconado cuando se decide escoger a siete “hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría” para el servicio de la comunidad, para que los Apóstoles pudieran dedicarse a la evangelización. Los siete (Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás) fueron presentados a los Apóstoles que les impusieron las manos.

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