Cada año, miles de hondureños se acercan a la Basílica de Suyapa en un acto de fe y devoción inquebrantable. Entre ellos, muchos lo hacen de rodillas, avanzando con sacrificio y humildad hasta llegar a los pies de la Virgen de Suyapa.
El Administrador Parroquial de la comunidad San José de Cedros, Padre Bairon Cárcamo, reflexiona sobre este acto al decir que “Caminar de rodillas es sinónimo de agradecimiento, de fe, por al- guna promesa hecha. Es un gesto que refleja humildad y sencillez, una expresión de pequeñez ante el misterio de Dios, una forma de decir: Madre, gracias por acompañarme en mi realidad”, señala.
La Basílica se convierte en un santuario de gratitud y esperanza; desde el atrio, miles de peregrinos avanzan de rodillas, a pesar del dolor y el esfuerzo que implica. Sus rostros reflejan sacrificio y determinación, pero también paz y confianza en la Virgen, quien para ellos es madre y protectora.
Oración
Francisco Trujillo, considera este esfuerzo como una forma de orar. “Lo considero una bendición de Dios, porque a pesar de las dificultades, ella nos llena de esperanza y fortaleza para mantener la fe firme en su hijo Jesús”, destaca.
Verónica Chávez comparte que su caminar de rodillas es una petición especia y nos comenta que “Le ofrezco este sacrificio por mis hijos, por mi esposo y por la paz en nuestro país y en el mundo entero”. La tradición de llegar de rodillas hasta “La Morenita” sigue siendo un símbolo poderoso de la fe hondureña. Es un recordatorio de que, la esperanza y la gratitud pueden guiar nuestros pasos hacia la Madre que intercede por sus hijos.