Cuaresma: Peregrinar con Esperanza hacia la Conversión

Este tiempo nos invita a un cambio profundo de corazón, caminando juntos hacia la Pascua con fe renovada en el Año Jubilar

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Man in front of old wooden cross at sunset. Christianity and worship concept.

La Cuaresma es un tiempo fuerte dentro de la vida cristiana, y en este Año Jubilar cobra un significado aún más pro- fundo. Es una peregrinación de esperanza, un camino de conversión que nos invita a renovar nuestra fe, fortalecer nuestra relación con Dios y prepararnos espiritualmente para la Pascua. El Miércoles de Ceniza marca el inicio de este itinerario con un llamado claro a la conversión: “Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás” y “Conviértete y cree en el Evangelio”. Estas pala- bras nos recuerdan la fugacidad de la vida y la importancia de vivir según la voluntad de Dios. En la Bula de convocatoria del Jubileo, el Papa Francisco nos exhorta a valorar el Bautismo como el don que nos introduce en la vida nueva en Cristo, un llamado a transfigurar nuestra existencia a la luz de la Pascua.

Oportunidad

El Padre Patricio Larrosa, Vicario General de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, resalta que la Cuaresma es una oportunidad para profundizar en la oración, el ayuno y la limosna. “Pasar por la Puerta Santa es un símbolo de comenzar una vida nueva, así como el sacramento de la reconciliación nos abre la puerta al perdón y al amor de Dios”, señaló. Por su parte, el Padre Josué Dany Hernández, párroco de la Santísima Trinidad en San Pedro Sula, enfatiza que el desierto cuaresmal es una oportunidad para discernir qué es verdaderamente importante en nuestra vida. “El desierto nos ayuda a reconocer lo esencial y a fortalecer nuestra comunión con Jesucristo. La Eucaristía y el amor al prójimo deben ser pilares en este camino de conversión”, explicó.

Proceso

El Padre Carlos Rubio, Vicerrector del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, nos recuerda que la conversión es un proceso integral. El presbítero indicó que, “no basta con cambiar el rumbo de nuestras acciones, sino también transformar nuestra manera de pensar para tener la mente de Cristo”. Además, destaca la importancia de re- flexionar sobre el camino que seguimos en nuestra vida. “El Salmo 1 nos habla de los dos caminos: el de la justicia y el de la perdición. La Cuaresma nos invita a elegir bien, a discernir si vamos por el sendero correcto y a corregir nuestro rumbo si es necesario”, añadió el presbítero Rubio. El Año Jubilar nos llama a vivir la fe en comunidad. El Padre Rubio subraya que la peregrinación cuaresmal “no se trata solo de un viaje personal, sino de caminar juntos como Pueblo de Dios, construyendo unidad y siendo signos de esperanza para los demás”.

Comunidad

La imagen del Éxodo es un símbolo poderoso en este tiempo litúrgico. Así como el pueblo de Israel dejó la esclavitud para dirigirse a la Tierra Prometida, nosotros estamos llamados a liberarnos del pecado y de todo aquello que nos impide vivir plenamente nuestra fe. “La esperanza del cielo nuevo y la tierra nueva debe impulsarnos a seguir adelante, confiando en las promesas del Señor”, concluyó el Padre Carlos. En este Jubileo de la Esperanza, la Cuaresma se presenta como una oportunidad para la renovación espiritual, dejando atrás todo lo que nos aleja de Dios y caminar con alegría hacia la Pascua, renovados interiormente y fortalecidos por la gracia divina.

Renovación del corazón a través de la Cuaresma

La Cuaresma nos invita a un pro- fundo arrepentimiento. A través de la oración, el ayuno y la limosna, somos llamados a vivir como peregrinos de esperanza. La segunda lectura del Miércoles de Ceniza nos recuerda que, en Cristo, somos una nueva creación, dejando atrás las viejas costumbres (2 Corintios 5,17). En un mundo marcado por la discordia, el Evangelio nos guía hacia la reconciliación, la justicia y la fraternidad. Como miembros de la Iglesia, debemos abrazar estos valores, trans- formándonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12,1-2). La Reconciliación, fuente de gracia, restaura la esperanza y nos invita a vivir con misericordia y humildad, siguiendo las enseñanzas del Papa Francisco. ¡Que la Cuaresma sea un tiempo de refrigerio y paz en Dios! (Hechos 3, 20).

1 Conversión

Más que un cambio de hábitos, es una trans- formación profunda del corazón que nos lleva a vivir según la voluntad de Dios. En esta Cuaresma y en el Año Jubilar, estamos llama- dos a examinar nuestra vida con honestidad y dejarnos renovar por la gracia divina.

2 Misericordia

En este tiempo de gracia, se nos invita a abrir los ojos a la necesidad de los demás y a reflejar la compasión divina. Perdonar, comprender y ayudar al prójimo es testimonio de una fe que no se encierra en sí misma, sino que se entrega sin reservas.

3 Esperanza

La esperanza cristiana no es un simple optimismo, sino la certeza de que Dios actúa en la historia y guía nuestros pasos. La Cuaresma nos recuerda que la cruz no es el final, sino el camino hacia la resurrección en un Año donde estamos llamados a ser portadores de esperanza.

PEREGRINACIÓN CUARESMAL

La Iglesia llama a vivir la Cuaresma en el Año Jubilar con espíritu de peregrinación que significa caminar hacia un lugar sagrado, pero implica un movimiento interior, un viaje del alma hacia Dios, hacia su misericordia infinita.

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