El nacimiento de un hijo cambia la vida de toda persona, asumiendo la familia nuevas responsabilidades como: la alimentación, educación y la salud. Asimismo, debe velar por la fe, presentándole a Dios, al prójimo y enseñándole con el ejemplo los valores que le acompañarán durante toda su vida.
Misión
Uno de los papeles fundamentales para cumplir con esta misión, es la elección de un buen padrino, es decir, aquel que desempeñará las veces de padre en la fe. Para la catequista Gabriela Ferrufino, al momento de escoger al padrino y la madrina de Bautismo se debe preguntar ¿Qué pasa cuando mamá o papá faltan físicamente? y profundizando más sobre el tema ¿Qué pasa, sí la falta es espiritual? Es por ello que indica que, “Muchas veces los padrinos son elegidos por la emoción, por presión, por compromiso, por moda, porque da buenos regalos o quizá existe un compadrazgo fiestero”, sin embargo, lo que se debe cuidar al elegirlos, es que sean capaces de asistir en la iniciación cristiana de su ahijado y, juntamente con los padres, procurar que después lleve una vida de acorde con el Bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo”.
Tareas
El Padre Abrahán Álvarez, de la Parroquia en Reitoca, recuerda que la principal tarea de un padrino es dar testimonio de fe. “Él o ella, representa a la familia como extensión espiritual de la misma y representa a la Iglesia al recibirlo en la comunidad, para que, si es niño o adulto, llegue a profesar la fe y a expresarla en su vida”. El presbítero recuerda que, “gracias al sacramento del Bautismo somos capaces de perdonar y amar, esto nos permite reconocer el rostro de Cristo, es por ello que los padrinos deben velar para que los ‘ahijados’ vivan la fe que recibirán”. Además, se debe procurar que tengan la capacidad para esta misión y la intención de desempeñarla.