En un enérgico comunicado, la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) expresó su indignación y dolor por el asesinato del Padre Marcelo Pérez Pérez, sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y miembro fundador de la Remam.
El padre Marcelo, reconocido por su incansable defensa de los derechos de los pueblos originarios y su compromiso con la protección de la Casa Común, fue asesinado el 20 de octubre de 2024, sumándose a una creciente lista de mártires por la justicia social y ecológica en la región. La Remam califica de “vil” el asesinato del Presbítero Marcelo y lamenta su muerte.
Justicia
La Remam se solidariza con los hermanos de la Remam en México y Centro América que atraviesan este difícil momento: “Ante tanta violencia, que ha segado la vida de Berta Cáceres el 3 de marzo de 2016, así como los recientes asesinatos de Juan Antonio López en Honduras el 14 de septiembre de 2024, Francisco Pop Ico en Guatemala el 17 de octubre de 2024, y del sacerdote Marcelo Pérez en México el 20 de octubre de 2024, y de tantos otros mártires por la defensa de la Casa Común, nos levantamos para gritar: ¡Basta ya! Mesoamérica, ¿qué has hecho de tu fe?”. Remam condena este crimen atroz y hace un llamado a las autoridades mexicanas, en especial a la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, para que realicen una investigación exhaustiva y que se aplique justicia tanto a los responsables materiales como a los intelectuales.
Libertad
“Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad. No usen la libertad para satisfacer su carne pecadora. Al contrario, háganse servidores los unos de los otros por amor”, señala el pronunciamiento de la Remam que toma las palabras de san Pablo (Gálatas 5,13). Citando al Papa Francisco, la red eclesial llama a los responsables de estos actos de violencia a la conversión, apelando al respeto por la vida, la naturaleza y los derechos de los más empobrecidos: “Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno” (LS 93).
“Hacemos un llamado apremiante a todos los que se mueven por intereses egoístas en detrimento del bien común, a todos los que participan en el crimen organizado y a todos los que siembran muerte y luto a lo largo y ancho de nuestra región, a que reflexionen”, señala el comunicado, que ruega: “Dejen que Cristo toque su corazón, arrepiéntanse de sus pecados, ábranse a las necesidades de las personas y de los pueblos más empobrecidos, respeten la vida y los territorios de los pueblos originarios y de los campesinos empobrecidos”.